La llegada de Javier Calleja al mando técnico del conjunto amarillo ha modificado bastantes cosas en el Villarreal, comenzando por la intensidad con la que el equipo afronta ahora los encuentros y continuando por un nuevo sistema táctico que ha mejorado la llegada al área contraria y que, sobre todo, ha liberado a algunos futbolistas que se sentían encorsetados en demarcaciones extrañas, con el 4-4-2 con dos mediocentros y dos exteriores de Fran Escribá. En este grupo, los dos futbolistas más beneficiados por el rombo en el centro del campo introducido por el nuevo entrenador amarillo han sido Roberto Soriano y Pablo Fornals. Ambos celebran haberse reencontrado con sus posiciones naturales en los dos compromisos —el de Europa League ante el Maccabi Tel Aviv y el de LaLiga Santander frente al Eibar— en los que Javier Calleja ha iniciado su ilusionante etapa al frente del banquillo del Villarreal.

Mientras que Fornals ha sido un jugador algo más polivalente en su todavía cortísima etapa con el Submarino, Roberto Soriano había tenido que amoldarse desde su llegada —cumple su segunda temporada— a un sistema semidesconocido para él en el Calcio, donde estaba acostumbrado a jugar con la Sampdoria en posiciones más centrales y no en la banda, el lugar hacia donde el anterior entrenador del Villarreal tuvo que desplazarle para aprovechar lo mejor posible sus virtudes. A pesar de todo, Roberto Soriano batió en su primer año como amarillo sus mejores registros goleadores, que hasta entonces eran los ocho tantos con la Samp en la campaña 2015/2016. La pasada marcó 10 —nueve en Liga y otro en la Copa del Rey—.

TENDENCIA AL CENTRO

«Antes de venir aquí, en Italia, jugaba en una de las dos posiciones más adelantadas de la línea de tres del centro del campo, dentro de un 4-3-3, por la izquierda o la derecha, pero más por la izquierda. En el Villarreal, con el 4-4-2, la posición que mejor se adaptaba era en banda, con tendencia a ir hacia al centro, que es lo que me gusta y una función similar a cómo jugaba en Italia», explicaba Soriano tras su primera experiencia en la Liga española, en la que especialmente tuvo que sufrir a la hora de correr hacia atrás para tapar su carril, la faceta que más le ha costado el internacional italiano en este tiempo.

FORNALS, LA COMPETENCIA

Con Javier Calleja al frente del conjunto groguet eso ha cambiado. Roberto Soriano se estrenó con el nuevo técnico en la punta más ofensiva del rombo dibujado en la medular. Precisamente ahí, en ese vértice, es donde le gusta desenvolverse a Pablo Fornals, otro de los que no encontraba su sitio idóneo en el 4-4-2 horizontal de Escribá, que probó al castellonense tanto en cualquiera de las dos bandas como en el mediocentro, donde Fornals exhibía sus cualidades físicas a base de muchos kilómetros, pero exentos del brillo que deseaba el exmalaguista. En la última jornada de Liga, al igual que el de Roberto Soriano en Israel, cambió el semblante de Pablo Fornals, que firmó su mejor partido como groguet en la demarcación «en la que pude jugar la temporada pasada —con el Málaga— y en la que tan bien me salieron las cosas». «Desde esa posición ayudar me resulta más fácil», recalcó el centrocampista.

Tanto él como Roberto Soriano han visto como inician una nueva etapa en el Villarreal al mismo tiempo que da sus primeros pasos la era Calleja en la máxima categoría del fútbol español.