Locura en El Molinón, donde el Sporting volvió a sellar otra permanencia milagrosa para desatar el delirio entre sus aficionados, que vieron cómo el equipo de Abelardo vencía al Villarreal y se agarraba a Primera División. Todo lo contrario que Getafe y Rayo, que acompañarán a Segunda al Levante. Otro palo para Madrid un día después de que el Barça rompiera el sueño liguero del equipo de Zinedine Zidane.

Otra tarde para corazones fuertes. Otra jornada de esas en las que nadie de los implicados se puede separar de la tele, de la radio, de las páginas webs que informan al instante de las novedades. Las esperaron los tres equipos implicados, conscientes de lo que había en juego, entre otras cosas un reparto televisivo que tiene muy poco que ver si estás en Primera o en Segunda.

Con el drama servido, la tarde se puso del color de La Mareona, esa afición que nunca abandona al equipo. El Sporting del Pitu Abelardo no solo tenía que preocuparse de sí mismo. Con ganar y que no que lo hiciera el Getafe lograba una vez más su objetivo. No se lo puso fácil el Villarreal.

El tanto de Jony dio tranquilidad y el de Sergio Álvarez desató la euforia. Abelardo rompió a llorar y la afición invadió el campo nada más terminar. Lora lucía una camiseta con la imagen del malogrado Manolo Preciado y una leyenda que decía “siempre con nosotros”. Con el campo repleto de aficionados, los jugadores del Sporting cantaban en el interior del estadio. “Somos de Primera División”, decían.

ADIÓS A 12 AÑOS EN LA ÉLITE // La otra cara, la más amarga, estaba en el Benito Villamarín, donde el Getafe firmaba su primer descenso después de 12 años en Primera, a donde llegó en el 2004. Un mazazo para la afición y para Esnáider, que cogió al equipo a última hora con la intención de dejarlo en Primera. Necesitaba ganar, pero cayó ante el Betis con un segundo gol de penalti inexistente porque la falta a Musonda era fuera del área. “En muchos momentos nos superó la ansiedad. Hay que pensar ya en el año que viene”, comentó Esnáider, al que no le sorprendió el ambiente del Benito Villamarín, que recibió al equipo madrileño con gritos de “Sporting, Sporting” .

El Rayo firmó un triunfo que no le sirvió para nada. Paco Jémez dio pauta a la sospecha con dos cambios respecto al encuentro ante la Real, del que corrió el rumor de que sus jugadores del Rayo se dejaron ganar. H