El base de los Golden State Warriors Stephen Curry se resbalaba en la pista el domingo pasado durante el cuarto partido de playoffs contra los Rockets de Houston y se torció su rodilla derecha. El jugador quiso seguir jugando tras el descanso, pero los médicos recomendaron su descanso hasta saber el alcance de la lesión.

La resonancia magnética practicada el lunes desvela un esguince de primer grado o distensión del ligamento de la rodilla. No es una lesión grave, pero necesitará descanso para bajar la inflamación. Lo malo es que el descanso será de un mínimo de dos semanas, por lo que es seguro que se perderá lo que queda de serie ante los Rockets y varios partidos de segunda ronda contra los Clippers o los Blazers,que están empatados a dos victorias cada uno.

Dentro de dos semanas la articulación de Curry será analizada de nuevo y no está garantizado, ni mucho menos, que a partir de entonces pueda jugar.

La estrella de los Warriors dio las gracias por Twiiter a los aficionados por su preocupación.