Desde que hace dos temporadas se convirtiera en una de las sensaciones de la Premier con sus 21 goles, en Anfield continúan esperando la mejor versión de Daniel Sturridge, relegado a un papel secundario en los reds y que ahora, coincidiendo con la semifinal de la Europa League ante el Villarreal, vuelve a ser protagonista por la plaga de lesiones que el equipo de Jürgen Klopp sufre en el ataque. Sin Benteke --en la recta final de la recuperación de una lesión de rodilla--, sin el prometedor Ings y, desde la pasada semana, sin Origi --Funes Mori le envió a la enfermería en el último derbi de Liverpool--, Klopp se aferra al estado de gracia del renacido Sturridge para sostener el ataque en los 180 minutos de la eliminatoria ante los amarillos.

Tras estar desaparecido durante casi toda la temporada, Sturridge ha alcanzado su mejor versión justo en la recta final de la Premier y la Europa League. El internacional inglés --mundialista en el 2014-- ha encadenado tres encuentros viendo puerta. Como pareja del punta fijo en los planes de Klopp, Roberto Firmino, Sturridge ha sido clave en las tres últimas jornadas de la Premier League. Firmó un tanto en la victoria en Bournemouth, colaboró con otro en la goleada frente al Everton y el pasado sábado abrió el marcador en el empate definitivo contra el Newcastle. “Está en su mejor momento de forma de los últimos meses. Ya no veo diferencia entre sus primeros 60 minutos y los 30 últimos y eso es una buena noticia para nosotros”, elogiaba Jürgen Klopp a su tabla de salvación para el ataque en la Europa League. H