Otro partidazo de un Villarreal que sabe mutarse según el hábitat y el rival. En San Mamés brilló por poner más garra, incluso, que un Athletic que en su casa exhibe un fútbol de fuerte contacto y pelea. Ayer lució talento y calidad, aderezando las innegables cualidades de un bloque que defiende con disciplina y culto a la solidaridad colectiva y que acumuló un nuevo cero en contra con un oponente complicado como es el Málaga. El Submarino Invictus ya suma 11 partidos sin perder y abre una brecha muy grande con la frontera que delimita la zona europea y también importante con el territorio Champions, hoy a 11 puntos aunque con el Sevilla con un partido menos. Desde luego, a tenor de lo visto ayer en el Madrigal, el Nápoles no lo va a tener nada fácil para doblegar a un Villarreal que llega en su mejor momento a la eliminatoria de la Europa League. Un Villarreal de Champions que ayer ofreció su mejor cara, uniendo un fútbol de diseño a su larga lista de cualidades.

El Villarreal estaba derrochando compromiso, solvencia defensiva, competitividad y sacaba los partidos adelante, pero le faltaba un punto de brillantez en su juego. Ayer dio ese paso adelante ante un equipo organizado y que llegaba al Madrigal con constantes positivas y en plena alza en su dinámica de resultados. Los amarillos mejoraron un punto más su rendimiento ofreciendo una versión más estética en su fútbol, sin perder ni un ápice de todas las virtudes que le han hecho encadenar una racha --con el del Málaga ya incluido-- de 11 partidos sin conocer la derrota, cifra que iguala la mejor de la historia.

BAPTISTAO POR BAKAMBU // El Villarreal ofreció una primera parte completísima en todas las facetas del juego. Solo una variación en lo que hasta ahora había sido el once básico del conjunto amarillo con la novedad de la titularidad de Leo Baptistao en lugar de Bakambu. Una única modificación pero muy trascendente para el juego combinativo del Submarino. La presencia del hispano-brasileño le dio más riqueza al fútbol de ataque del Villarreal y, sobre todo, más recursos. Leo combina mejor con el resto de compañeros y eso fue un plus positivo para el conjunto amarillo, amén de una mayor capacidad imaginativa y un punto más de desborde, sin contar que con espacios por delante, y a la contra, se convierte en un jugador muy peligroso.

PROVIDENCIAL AREOLA // El Villarreal lo hizo todo bien. Tuvo la pelota y la jugó con criterio, asentando su mayor porcentaje de posesión en una presión sobre la iniciación del juego del rival que se sincronizaba con una eficacia extraordinaria. El Málaga solo dispuso de una clara ocasión para marcar en las botas de Cop, pero se encontró con un Alphonse Areola tan felino en sus reflejos como soberbio en la colocación y en sus enormes cualidades físicas. Y poco más, lo que era más mérito de los amarillos que demérito de los andaluces.

Las llegadas al área de Kameni se repetían con un martilleo constante. Y lo mejor, que el Villarreal no se ceñía a un único guión, sino que lucía en la variedad un fútbol atractivo para la grada e imparable para el Málaga. Por dentro, por fuera, al primer toque, con paredes y también con espacios por delante, al contragolpe, el Submarino apuntaba una y otra vez peligro. El gol, como prometió Soldado, tenía que llegar por cojones y así fue, aunque también se le añadió talento y clase a la acción trenzada y sincronizada en la que Leo dio el último pase para que el racial 9 valenciano rompiera una larga racha de encuentros sin ver puerta, con un tiro desde la frontal del área que también contó con la colaboración del camerunés Carlos Kameni.

El equipo amarillo encarrilaba el partido, pero continuaba generando peligro. Roberto Soldado, desde su situación de primer punta, pilotaba todo el fútbol ofensivo del Villarreal, apoyado por un genial Leo Baptistao, la inteligencia de un Bruno Soriano sublime y el motor diésel de un Jonathan dos Santos en estado de gracia, asentado en una pareja de centrales de nivel top como Musacchio y Víctor Ruiz.

El dominio del Villarreal fue insultante ante un Málaga que exhibía orden pero que era superado por el caudal de talento y fútbol de su rival. Solo un pero: el marcador se mantenía muy estrecho para tanta diferencia entre uno y otro equipo, pero sobre todo no cuantificaba el premio al excelente partido de los amarillos. El 1-0 siempre deja un atisbo de esperanza por muy noqueado que se halle el rival, como era el caso del Málaga, y a ese hilo filo que separaba la frontera entre la Victoria y el empate se agarró el equipo de Javi Gracia.

MÁS OCASIONES // Pero el Villarreal no dejó que ni tan siquiera le hicieran cosquillas, aunque los últimos minutos fueron de mayor dominio del Málaga, que no de ocasiones, porque Cedric Bakambu, que salió en la segunda parte, todavía tuvo tiempo de dar un par de sustos a Kameni. El Villarreal sigue erre que erre. Nadie le tose y llega a la eliminatoria de los dieciseisavos de la Europa League ante el hasta ayer líder de la liga italiana en su mejor momento. ¡11 partidos sin perder! H