Puede que el gol sea la diferencia sustancial del Villarreal de las dos primeras jornadas con el de las dos últimas, del equipo que ha conseguido revertir uno de los peores arranques en Primera para recuperar la tranquilidad de verse de nuevo cerca del grupo con el que debe volver a competir por Europa. Evidentemente, con el gol el Submarino ha recuperado su credibilidad. Pero Escribá no solo ha conseguido que los balones lleguen con claridad a Bakambu y a Bacca, protagonistas en la renacida efectividad de los amarillos (seis goles en los dos últimos partidos o nueve en los tres últimos, si se cuenta la cita europea ante el Astana), sino que además ha ido aumentando las prestaciones de todo el engranaje de un Villarreal que, ahora sí, se maneja en parámetros más leales a su estatus.

Los amarillos no solo han recuperado la fiabilidad ofensiva. Defensivamente Escribá ha conseguido acoplar piezas a medida que se ha ido despejando el panorama de lesiones. Ahora, el técnico solo mantiene cierta preocupación en un lateral izquierdo en el que solo cuenta con Costa (hasta la recuperación de Adrián Marín), a riesgo de saturar al valenciano. Los problemas encadenados de Mario, Rukavina y Víctor Ruiz que motivaron en gran parte el desastre de Anoeta (3-0) antes del parón es solo un mal recuerdo.

En la parte creativa, si Bakambu y Bacca ponen la efectividad, Castillejo aporta el desborde que faltó en los primeros 180 minutos de Liga, mientras que Trigueros y Rodrigo han alcanzado una compenetración que, por fin, ha hecho olvidar a Bruno, uno de los jugadores que hacen pensar que el Submarino tiene todavía mucho margen de crecimiento. Y falta que Roberto Soriano y Cheryshev alcancen su 100%, una circunstancia que liberará a Pablo Fornals de la banda para demostrar en el regreso a su tierra todo lo bueno apuntado en Málaga.

DERROTA DEL RIVAL EUROPEO / Los de Escribá esperan seguir la buena racha en Liga —Espanyol en casa y visita a Getafe— antes de viajar a Israel para la segunda jornada de la Europa League, en la que el próximo rival, el Maccabi Tel-Aviv tropezó ayer en su liga ante el Maccabi Netanya (2-1).