El Villarreal se juega, esta tarde (18.30 horas) en La Cerámica, poner tierra de por medio respecto al descenso. Concretamente, cuatro puntos, ventaja que solamente ha tenido esta temporada en un par de ocasiones (después de las jornadas 6ª y 28º). Un colchón para poder dormir con una mayor tranquilidad, al menos esta semana. Quizás no tanto como su rival, un Leganés que si bien matemáticamente todavía no está salvado, sí virtualmente con sus 41, cifra mínima a la que esperan llegar los amarillos.

Ya sin las distracciones europeas, el Submarino encara este encuentro sin los lesionados Bruno, Miguelón ni Bonera. Calleja, antes incluso de la última sesión en el impoluto terreno de juego de La Cerámica, prácticamente descartaba también a Morlanes. En esa sesión, susto de Asenjo, aparentemente sin consecuencias.

El fin de semana arrancó con el empate del Valladolid en Vitoria del viernes y continuó ayer con un Celta metiendo en más problemas al Girona, así como con una X en el Rayo-Huesca con el que ambos parecen empeñados en hundirse. No está nada mal. Y si este mediodía el Levante no vence al Espanyol, la paella ya tendrá un buen sabor de boca. Habrá que esperar prácticamente a la hora de cenar para ver si el Leganés le hace la Pascua al Villarreal pero, de entrada, apunta a un buen domingo, si dejamos atrás el engorro del mal tiempo.

RESULTADOS... Y SENSACIONES // «Son tres puntos importantísimos». Así comenzó ayer su análisis Calleja. «Somos conscientes de la relevancia del encuentro, de lo que supone ganar», fue un poco más allá. «Si lo hacemos, dejamos al Valladolid a más de un partido, con lo que supone eso», dijo, en alusión a esos cuatro hipotéticos puntos de ventaja.

El 0-1 en Montilivi sacó al Submarino del descenso, así que de lo que ahora se trata, es de tomar impulso. Uno casi definitivo. «Cuando sales de esas posiciones, el equipo está más suelto y juega mejor», añadió el madrileño, valorando, sobre todo, dejar atrás «una zona complicada en la que hemos estado tanto tiempo».

Seguramente, Calleja envidia la tranquilidad con la que el Leganés encara las últimas seis jornadas: «Está salvado, con el objetivo de la temporada ya cumplido por méritos propios». «Es un equipo muy difícil, con jugadores rápidos: es el equipo que más corre, ahí están sus números», recalcó. «Para superarles, para ganar, necesitas hacer muchas cosas bien», ponderó el técnico.

Calleja avanzó rotaciones y dio una pista. O, más bien, una certeza: Toko-Ekambi jugará partiendo desde la izquierda. «Puede jugar en banda izquierda, se encuentra cómodo: tira buenas diagonales, nos da profundidad, tiene uno contra uno, gol…», desgranó. «Puede inquietar a una defensa como la del Leganés, que acumula muchos hombres», destacó antes de congratularse también por la recuperación de efectivos en la medular con Trigueros y Javi Fuego: «Ahí tenemos muchas variantes: jugadores de contención, otros más creativos, algunos más dinámicos...».

El entrenador citó a la afición: «Es el partido para olvidarnos de la meteorología y de estar con el equipo, porque cada punto es la vida y este es un partido que no podemos dejar escapar». Sobre todo en casa, con tantos puntos que se han escapado: «Hay que tener paciencia y madurar bien el partido, que no nos entren las prisas», comentó. «Tenemos la obligación de ir a ganar, como fuera de casa, pero sin desprotegernos, sin descomponernos», pidió. «La victoria nos llevaría a una situación más cercana al objetivo, pero sin agobiarnos», subrayó.

EL EQUILIBRIO MÁS PELIAGUADO // Morlanes no estará, pero sí Quintillà y Chukwueze, que empezaron la temporada en el B pero que ya está definitivamente asentados en el primer equipo.

Son dos de los 10 chavales a los que ha dado la alternativa, aunque Calleja pide no ser muy exigente con ellos: «Son muchos y muy buenos. Es un orgullo no solo como entrenador, porque creo en el jugador que viene de abajo, en el fútbol base, sino que es una forma de hacer ver el buen trabajo que se hace en el Villarreal, de todos los profesionales que se dedican a la cantera: es una forma de ver recompensado el trabajo de todos ellos», desarrolló.

«No les pesa la responsabilidad, pero son jóvenes y necesitan tiempo, necesitan formarse. Sin los compañeros que les rodean, no serían los mismos. Vienen con fuerza, pero no se les puede dar toda la responsabilidad y que cojan las riendas, porque sería peligroso», manifestó Calleja sobre un elemento «clave» para conseguir la permanencia.