El Celta se juega su última bala para mantenerse en la pelea por Europa ante el líder, el Barcelona, que llega a Balaídos con el título de Liga prácticamente asegurado y la mente puesta en la final de la Copa del Rey que disputará el sábado contra el Sevilla en el Wanda Metropolitano.

La decepcionante derrota en Leganés ha dejado al equipo vigués de Unzué sin margen de error. En Butarque, el Celta volvió a mostrar su peor cara, alargando además su pésima racha a domicilio: un solo punto de los últimos 15 en juego lejos de Vigo. El Celta necesita reaccionar ante un líder que aún no conoce la derrota en Liga, y lo tendrá que hacer sin dos de sus pilares: el lateral Hugo Mallo y el internacional chileno Tucu Hernández.

EN TIERRA HOSTIL // Por su parte, el Barça visita Balaídos con el objetivo de poner fin a su mala racha en una escenario últimamente maldito y dar un paso prácticamente definitivo hacia el alirón. El conjunto azulgrana, líder invicto de la competición y que ante el Valencia (2-1) logró el récord de jornadas ligueras seguidas sin perder (39), mantiene los 11 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Atlético de Madrid, a seis jornadas para el final.

Levantar su 25º título de Liga parece cuestión de tiempo, pero los hombres de Valverde quieren lograrlo cuanto antes. Sin embargo, el compromiso liguero ante el Celta, cuatro días antes de la final de la Copa ante el Sevilla, parece de lo más inoportuno. Los gallegos no acostumbran a ser un rival cómodo para los catalanes, sobre todo en Vigo, donde el Barcelona ha perdido 21 veces, las mismas que ha ganado.

Además, las dos últimas temporadas, con Luis Enrique en el banquillo, el Barcelona ha caído goleado (4-1 y 4-3), algo que Valverde confía en que no se repita.