El sueño del Independiente del Valle sigue muy vivo tras empatar (1-1) ante el Atlético Nacional de Medellín en la ida de la final de la Copa Libertadores 2016. El resultado del encuentro disputado en el Olímpico Atahualpa de Quito deja todo abierto de cara a un partido de vuelta que se disputará dentro de una semana en terreno colombiano.

38.000 espectadores arroparon a los ecuatorianos en busca de un buen resultado que le acercara a su primer título de la Libertadores, el segundo en toda la historia de Ecuador tras el logrado por Liga de Quito en el 2008. El equipo de moda en Sudamérica ha alcanzado esta final contra todo pronóstico tras dejar en la cuneta a clubes de la talla de River Plate, Pumas o Boca Juniors, al que superó en una épica semifinal que terminó con un global de 5-3.

Hasta tal punto nadie esperaba que 'Los rayados del Valle' alcanzaran esta última eliminatoria, que pocas horas antes de la final tuvo que afrontar un partido de la Liga ecuatoriana ante El Nacional de Quito. La fatal coincidencia del calendario se debió a que ni el club ni la Federación Ecuatoriana contaron con que Independiente llegaría tan lejos en esta Libertadores. Lógicamente, afrontaron el partido con los juveniles y perdieron por 5-2.

INTENSIDAD DESDE EL PRIMER MINUTO

Pero en esta final tienen delante a un auténtico hueso, los colombianos de Atlético Nacional que persiguen 27 años después su segundo trofeo continental. El conjunto dirigido por Reinaldo Rueda hizo buenos los pronósticos y se adelantó en el minuto 36 por medio de Orlando Berrío, desequilibrando la balanza en una intensa primera mitad.

Pero Independiente no tiró la toalla y obtuvo un merecido premio a tres minutos del final con el gol del central Arturo Mina, que remachó a la red un rechace del portero Franco Armani a un libre directo ejecutado por Junior Sornoza. El resultado, eso sí, benefició a los visitantes y obliga al equipo del uruguayo Pablo Repetto a salir a por la victoria en Medellín si no quiere despertar de su sueño demasiado pronto.