Cuando pasan los años, de cada temporada se recuerdan solo un puñado de partidos. Sin duda, el disputado ayer por el Villarreal en el Estadio de la Cerámica será imposible de olvidar para los casi 20.000 aficionados presentes en el campo. Cuando Enes Ünal saltó al campo, con 0-1 en el marcador y poco más de un cuarto de hora por delante, pocos apostarían a la victoria local, pero en el fútbol no hay nada escrito, y uno de los equipos más sólidos y menos goleados del continente, hincó la rodilla ante la fe del Submarino y los dos tantos de Súper Ünal, un héroe sin capa.

Victoria de oro para un Villarreal que consolida así su estatus de equipo europeo y que después de sumar los seis últimos puntos en disputa encara la recta final del campeonato con optimismo.

Un gran equipo como el Atlético de Madrid no necesita de ayudas arbitrales para ganar a nadie. Sin embargo, esta máxima no se cumplió ayer en un Estadio de la Cerámica con gran entrada y gran ambiente que vio cómo Fernández Borbalán castigaba al Villarreal en la primera mitad con un penalti inexistente de Costa a Griezmann, y en la segunda no señalaba uno más que posible de Giménez a Bacca, que no pudo disparar al toparse con la pierna del central. Los goles de Ünal hicieron justicia para un conjunto que jamás perdió la cara al partido pese a la entidad del rival.

VICTORIA DE PRESTIGIO // El Atlético, que se jugaba las pocas opciones que le pudieran quedar para luchar por el título de Liga, demostró por momentos hechuras del equipo grande que es. Sólido, compacto, solidario y con las ideas claras en defensa, aunque con menos brillantez en ataque que en otras ocasiones. Solo le faltaba así ponerse por delante con un gol que nunca debió subir al marcador para tenerlo todo de cara. Fernández Borbalán señaló la pena máxima en una acción en la que Griezmann hizo más por toparse con Costa, que el lateral por derribar al francés.

Aseguraba Javi Calleja en la previa que una de las claves del choque sería la de intentar desorganizar al equipo rojiblanco, y los amarillos se pusieron a ello desde el inicio. De hecho, lo consiguieron bien pronto, pues el primer disparo de peligro fue de Carlos Bacca, que tras un contragolpe bien llevado por Raba disparó de forma inocente a los guantes del hasta ayer Zamora Oblak.

La versatilidad táctica que está demostrando Calleja la volvió a plasmar ayer, dejando el rombo mágico para otra día. Trigueros y Rodrigo, que se impusieron en la medular a Thomas y Koke, formaron en el doble pivote, custodiados en bandas por Soriano y Raba. Fornals actuó de enganche, con Bacca como referencia ofensiva. En defensa, destacar una jornada más la ausencia de Víctor Ruiz, a quien parece que Bonera le ha comido la tostada.

Tras el tanteo inicial, al cuarto de hora Rodrigo probó fortuna desde la frontal ante el que presumiblemente será su equipo la próxima campaña, pero su disparo salió desviado. En la siguiente acción, Griezmann provocó y materializó el penalti que rompía el marcador inicial. Era el primer gol del francés ante el equipo amarillo, que con la remontada de ayer se está erigiendo como una de las bestias negras para el Atlético durante la era Simeone.

SUSTO DE KOKE // El partido pudo acabar con un signo distinto si Koke, poco después del gol, hubiera ajustado más un remate que se estrelló en la madera tras una buena triangulación entre Vrsaljko y Griezmann. Poco más que reseñar en un primer acto en el que el Atlético de Madrid se defendía con solvencia frente a las tímidas acometidas amarillas.

Tras la reanudación, el guión no cambió demasiado. Trigueros probó fortuna, pero su disparo no fue entre los tres palos. Después llegaría otra jugada polémica que Fernández Borbalán volvió a decidir en contra de los intereses del Villarreal, pues Bacca pidió un penalti de Giménez, que lo cierto es que impide que pueda disparar, interponiendo su pierna. Sin duda, mucho más penalti que el que sí señaló el colegiado en la primera mitad.

Destacar en el ecuador de la segunda mitad una jugada en la que Antoine Griezmann, con todo a favor, disparó alto frente a la portería del Submarino. Diego Costa y Correa montan la contra, y el francés define con la derecha con poca fortuna para suerte del Villarreal. El Atlético no disfrutó de excesivas ocasiones de gol, pero los de Simeone juegan de memoria y no les importa ceder la iniciativa del juego para hacer daño a su rival al contragolpe.

ERA EL DÍA DE ÜNAL // En esas estábamos, cuando entró Enes Ünal y lo cambió todo. El turco, que hasta la visita del Atleti había marcado tres goles en 16 partidos de Liga, fue el héroe que el Villarreal necesitaba, con dos tantos de hombre de área tras sendas jugadas a balón parado. El delantero sigue ganando crédito y actuaciones como esta, en las que desactivó a la mejor defensa de la Liga, provocando el mismo efecto que la kryptonita provocaba en Superman, demuestran que es un futbolista que atesora gran presente y mejor futuro. En el primer tanto, el turco cabeceó a la perfección un centro de Álvaro tras un saque de esquina. Gran asistencia del defensa cántabro, que en esa jugada podría haberse enfundado el 10 a la espalda. En el segundo, que llevó al delirio a la grada, el asistente fue otro central, en este caso Daniele Bonera.

UN GOL PARA RECORDAR // Samu Castillejo puso una falta, rechazó el examarillo Godín y el desenlace, el que todos ustedes ya conocen, potente disparo a bocajarro ante el que nada puede hacer Oblak. Tres puntos que consolidan al Villarreal en puestos europeos, dejan en bandeja el título al Barcelona y permiten a los amarillos encarar el parón liguero con una sonrisa de oreja a oreja. Un encuentro para recordar.