Una tarde de sábado de fútbol entre equipos juveniles en el José Manuel Pesudo. Una tarde de emoción, ocasiones y goles. Eso es precisamente lo que se esperaba y así fue hasta el minuto 60 del partido que disputaron el pasado sábado el Almazora y el Atlético Burriana Salesianos de Regional Preferente juvenil -tercera categoría-.

Con 3-1 en el marcador, el futbolista Álvaro Aviño, del Atlético Burriana Salesianos, de 18 años, sufrió dos duros golpes en la cabeza. El primero al llevarse la peor parte en un encontronazo aéreo con el hombro de un contrario. Sin embargo, el segundo fue más peligroso, pues cayó de cabeza, sin ningún tipo de barrera corporal, contra el césped de forma violenta y quedó en estado inconsciente.

Fruto de este impacto cayó tendido en sobre el terreno de juego. En un clima de tensión y pánico, se paró el encuentro ante la gravedad de la situación. No en vano todos los allí presentes se mantuvieron en vilo ante el estado del futbolista. El preparador físico, Carlos Gimeno, y el segundo entrenador, Alexis, intentaron socorrer en primera instancia a Álvaro, con la intención de que no se tragara la lengua. No en vano ésta se le retorcía hacia la glotis de forma peligrosa. Justo tras el golpe, el joven futbolista se mantuvo inconsciente durante casi un minuto. Momentos después volvió a perder la conciencia de forma efímera.

Por suerte, tanto la Policía como la ambulancia llegaron al estadio con rapidez para evacuar el joven y trasladarlo a un centro hospitalario de la capital de la Plana. En dicho hospital Álvaro pasó la noche del sábado al domingo sin complicaciones, de hecho, el personal médico incluso le dejó dormir durante unas horas, algo poco habitual en estos casos.

Tras permanecer durante 15 horas en el hospital, el domingo por la mañana llegó a su casa totalmente recuperado.