Gerardo Tata Martino decidió acompañar a Leo Messi en su renuncia a la selección y abandonó la conducción del equipo, cansado del caos que envuelve a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Martino dijo basta en medio de una situación insólita: no podía formar el plantel para los Juegos Olímpicos de Río. Los problemas se habían agudizado al punto de que el Comité Olímpico de este país puso en duda la participación del fútbol en Río 2016. En esas circunstancias, Tata sintió que no tenía otro camino que el de la puerta de salida.

Pero más allá del caos que envuelve a la AFA, Martino tenía una herida que creyó muy difícil de cerrar después de perder su segunda final de la Copa América por penaltis ante Chile. Nueve días después de la frustración, agudizada por el anuncio del máximo goleador del seleccionado de dar un paso al costado, el entrenador se sintió sin fuerzas para seguir.

Había asumido el 14 de agosto de 2014, semanas después de que Argentina perdiera la final del Mundial ante Alemania por 1-0. "Es un lugar anhelado por todos", dijo, con orgullo. Julio Grondona , el entonces presidente de la AFA, no lo tenía en sus planes pero, se dijo entonces, le hizo un lugar para complacer a Messi.

HUMILLACIÓN EN LA COPA AMÉRICA

El Tata ya había trabajado con Leo en el Barca, aunque no le fue como esperaba. Perdió todo por poco. Debutó como entrenador de Argentina nada menos que frente a Alemania y venció 4-2. La Copa América de 2015 supuso un golpe muy fuerte para el técnico y sus jugadores que buscaban una revancha de lo ocurrido en Brasil. Las eliminatorias para Rusia-2018 no comenzaron bien por la ausencia de Messi, pero todo se reencaminó con su presencia.

Lo que no estaba en el horizonte de Martino ni su mejor jugador era lo que ocurrió en Estados Unidos durante la Copa América Centenario. Era el gran objetivo de todos y, como una maldición, Argentina volvió a fallar en los penaltis. "La ilusión por ganar era muy grande y nos vamos con las manos vacías", dijo Martino sin saber, en esa noche aciaga, que Messi había decidido decirle adiós a la selección.

El anuncio de Leo lo impactó enormemente pero confiaba en que pudiera volver sobre sus pasos. Ambos tienen una fuerte conexión personal. Cuando al Tata le preguntan las razones de esa sintonía suele responder: "Ambos somos rosarinos e hinchas del Newell's".

PEGAR EL PORTAZO

El entrenador estaba luchando en tres frentes. Uno, tratar que Leo retorne, acompañado del cariño popular. El otro, realizar una muy buena presentación en los Juegos Olímpicos y afianzar la posición del seleccionado en las eliminatorias. De los 35 jugadores que eligió, entre ellos Paulo Dybala, la estrella de la Juventus, no llegó a reunir 11. Martino sintió que ya no tenía nada que hacer y pegó el portazo.

"¿Y ahora qué?", se preguntó el diario deportivo 'Olé'. Nadie sabe que sucederá porque la AFA es tierra de nadie. Se desconoce quién manda. Si había un hilo de esperanza de que Messi regresara, la dimisión del Tata fija una nube densa y negra sobre el horizonte del seleccionado. Peor no podía ser.