El TAU Castelló no termina de encontrarse a sí mismo. Tras la brillante victoria de la anterior jornada en casa del Prat, los de La Plana ofrecieron su peor cara y cayeron con merecimiento ante el Magia Huesca. Fue el peor partido de la temporada, por lo que ahora toca olvidarlo lo antes posible y seguir trabajando para remontar el vuelo.

La escuadra local empezó como el ambiente: bastante frío. Volvió a mostrar el defecto de las últimas semanas al no defender al máximo de sus posibilidades. El que más se aprovechaba de ello era el pívot visitante Albert Fontet, que hacía valer su experiencia y centímetros para martirizar a su rival. A pesar de ello, el marcador estaba igualado ya que a los locales les salvaba su acierto en el lanzamiento exterior y un inspirado Cooper. A Toni Ten no le gustaba lo que veía e introdujo 3 cambios de golpe (en verdad fueron 4 al cargarse de faltas Cooper) para darle otro ritmo al choque.

En el segundo cuarto, el combinado anfitrión seguía blando en defensa, pero en esta ocasión no tenía el acierto del primer periodo. De hecho, tuvo un bloqueo en ataque que hacía que no se le recordaba, con un total de 6 minutos de juego sin anotar ni un solo punto. El técnico castellonense echó mano del tiempo muerto y de sus jugadores con mayor potencial ofensivo. La cosa se puso peliaguda con 20-30 en el marcador (min. 16) y un Edu Durán desesperado porque no le salía nada cuando buscaba la anotación. Afortunadamente, el tramo final de este cuarto sufrió una transformación a favor para el TAU Castelló. Apostó por la defensa en zona, puso más velocidad en sus transiciones y con el acierto que le faltaba anteriormente se arreglaron parcialmente las cosas al descanso (30-34).

En la reanudación, al TAU Castelló se le vio precipitado por anotar: no maduraba sus ataques y se precipitaba al tirar, por lo que no conseguía recortar su desventaja. Además, Cooper y Cabot, que estaban entonados, hicieron su tercera falta, por lo que se tuvieron que ir al banquillo. En esos compases, los de La Plana no terminaban de dar su tope en defensa y a pesar de no salirles las cosas sobrevivían con opciones gracias a los tiros libres y algún que otro arreón. Así las cosas, se llegó al término del tercer cuarto con un 48-52 que daba pie a la esperanza.

Sin embargo, la remontada local no terminaba de llegar. Solía haber un inoportuno desajuste defensivo que daba aire a los aragoneses, mientras que en ataque el mayor referente fue la determinación del capitán Chema García penetrando hacia el aro. El partido entró en una fase de despropósitos. La falta de acierto era desesperante (ya ni los tiros libres) y los oscenses no desaprovecharon las facilidades de su rival para tener la victoria encarrilada (56-65 a 2:49 del final). La situación ya no tenía arreglo y tanto equipo como su afición acabaron con un fuerte disgusto al encajar esta dura derrota.