Inexplicable. No se puede encontrar una razón lógica a lo que le sucedió anoche al TAU Castelló en su visita al Força Lleida (87-80). Era una final por la permanencia, ante un rival directo y con la convicción de que tenía que volver a ganar tras cuatro derrotas seguidas para espantar cualquier fantasma por el descenso. Y volvió a perder. En un encuentro que llegó a ganar por 20 puntos.

Y es que este TAU parece estar condenado al sufrimiento. Llegaba a Lleida con siete victorias en su casillero, una más que su rival y tres de colchón con el penúltimo (ahora dos tras la victoria del Real Canoe ante Cáceres). El triunfo lo dejaba en una situación muy tranquila, pero acabó cayendo. Algo que parecía imposible en el inicio de partido cuando completó un increíble 10-30 de salida. Los de Toni Ten se las prometían muy felices al término del primer cuarto, con la mejor versión de Djukanovic y Van Zegeren sobre la pista. Continuó ese nivel en el segundo parcial, que también contó con un buen papel ofensivo y la mejor defensa de la temporada, marchándose al descanso con +16 (35-51).

Sin embargo, todo se desvaneció tras la reanudación. Las ayudas defensivas ya no llegaban y permitieron tiros sencillos a los rivales, que dieron un mazazo definitivo en el último cuarto, donde se pusieron por delante por primera vez para acabar ganando. Antes, el TAU había hecho un pobre tercer parcial (24-8).