El TAU volvió a perder de forma merecida ante su afición ante el Club Melilla Baloncesto (81-91).

Es raro que el cuadro castellonense empiece bien y, en esta ocasión, volvió a pasar lo mismo, pese al 5-0 inicial. Tras dos buenos primeros ataques, empezaron a faltar ideas. Esto, sumado a algunos despistes defensivos, falta de dureza en situaciones determinadas y no frenar las transiciones rápidas visitantes, derivó en la primera señal de alarma (5-19). Por suerte, llegaron sendos triples de Joan Faner, Ignacio Rosa y Juanjo García para dar oxígeno, por lo que la sangría no fue a mayores al término de los primeros 10 minutos de juego (16-26).

En la reanudación, la cosa no mejoró y la diferencia se mantuvo por encima de los 10 puntos. Los pívots locales seguían sin estar cómodos, por lo que los triples eran la principal tabla de salvación. A su vez, la defensa local continuaba sin estar al nivel exigido ante un rival de esta entidad. Faltaba de todo en el TAU: en ataque, paciencia y acierto; y en defensa, dureza, sobre todo con su gran estrella, Caleb Agada (15 puntos en 16 minutos). La noche fue yendo a peor hasta ponerse sonrojante al llegar al descanso 20 puntos abajo, aunque lo peor era la friolera de los 56 encajados. Tocaba de nuevo una de esas remontadas épicas vistas en el Ciutat de Castelló, aunque parecía imposible teniendo en cuenta lo visto hasta el momento y recientes actuaciones.

Tras la pausa, se vio otra actitud. El 48-62 (min. 25) metió un poco de miedo en el cuerpo del Melilla, que rápidamente volvió a irse por encima de los 20 puntos (52-73, min. 28). El último cuarto se encaró con un panorama poco esperanzador. El TAU trataba de evitar lo inevitable, sobre todo con el -21 a siete minutos del final. Al menos, los azulejeros Castelló maquillaron el resultado. El 81-91 del final así lo atestigua, tras un encuentro en el que siempre fueron a remolque.