Era una etapa emotiva para Joan Barreda y no falló. Tras una jornada de luto por el fallecimiento de Paulo Gonçalves, volvió la competición de motos, donde el de Torreblanca finalizó tercero, sumó su tercer podio consecutivo y se colocó en la cuarta posición de la general del rally.

Y es que Barreda era uno de los pilotos de la caravana del Dakar más afectados cuando el domingo se produjo el deceso del portugués, ya que fue su compañero de equipo en Honda y compartían una gran amistad. Por eso, Dinamita quería dedicar una victoria a su «hermano» --así lo llamaba-- y hacerle el mejor homenaje. No se subió a lo más alto del podio, pero se quedó cerca. En una exhibición de pilotaje sobre las dunas concluyó a menos de tres minutos del chileno Pablo Quintanilla, que recortó tiempo al australiano Toby Price, líder con todavía 20 minutos de ventaja.

CAÍDA EN EL KILÓMETRO 100 / Sin embargo, no fue una jornada fácil para Barreda, que tuvo que sobreponerse a una nueva caída. Fue en el kilómetro 100 cuando el castellonense tuvo un pequeño percance que no le impidió continuar y recortar tiempo con el tercer puesto de la general. Podía haber sido mucho peor, teniendo en cuenta que en las cuatro primeras jornadas del Dakar tuvo dos caídas que le hicieron resentirse de la fisura de costilla con la que llegaba a la cuadragésima segunda edición del rally.

Pero Barreda volvió a demostrar que es un luchador nato y que ha mejorado ostensiblemente su rendimiento en esta segunda semana de competición, tras una primera en la que padeció mucho por la pistas duras, caminos de montaña y caminos de roca donde se desarrolló la primera parte de esta carrera.

Ahora, la prueba ha llegado a un terreno de dunas más propio del desierto y que le viene mejor para su conducción. De hecho, el propio Barreda aseguró hace unos días que se siente mucho más cómodo sobre este escenario y que esperaba mejorar sus resultados si el dolor le respetaba.

Este miércoles se disputa la décima etapa, que parte de Haradh y llega a Shubaytah, recorriendo un total de 608 kilómetros, de los cuales 534 son cronometrados. Una etapa que se disputará en desierto puro, el Empty Quater, casi tan extenso como toda Francia. Lo peor serán los casi 40 kilómetros finales, de grandes dunas, cercanas a Oman. Y por si fuera poco se llegará a ellas anocheciendo, por lo que quien se retrase lo pasará muy mal. Se trata de una de esas jornadas en las que se puede ganar mucho tiempo si tus rivales cometen un error. Barreda lo sabe y tratará de exprimir al máximo sus opciones.