Sergi Escobar se dejó la voz y puede que algún kilo en La Magdalena. El almazorense recogió el testigo de Frank Castelló, sino en un momento dramático, sí al menos preocupante, así que sorprendió la respuesta colectiva. Un 0-3 en un campo tradicionalmente inasequible, donde no acostumbraba a ganar, disipando la neblina de las dudas con las que llegaba, una sensación que, más allá de los resultados, provocó la destitución de su antecesor y el ascenso suyo desde el filial.

Por encima del juego (un partido, encima en un lugar tan mediatizado por el terreno de juego como el del Novelda), lo que más pronto se ha notado, a juicio de los futbolistas, es la frescura de ideas. Algo que rompiera con la rutina, que activase tanto a los que más contaban con el anterior técnico como los menos utilizados, ante las perspectiva de ver alterados sus roles secundarios.

Nuevos aires, nuevos métodos, nuevo estilo... Todo con vistas a un triple estreno a domicilio, ante tres rivales cortados por un mismo patrón y en campos prácticamente fotocopiados, en los que al Castellón tanto le ha costado ganar. El 0-3 supone un golpe de autoridad en toda regla, un decir aquí volvemos a estar, que no nos hemos ido, poniendo, de paso, el listón alto para este domingo en El Palmar y el siguiente, en El Perdiguer de Aldaia, la nueva casa del Recambios Colón.

La conclusión, pues, es que la irrupción de Escobar ha supuesto un movimiento sísmico, que ha sacudido a una plantilla aletargada que, en Novelda, mimetizó el mismo ritmo frenético que su técnico irradiaba desde la desgastada banda de La Magdalena.

Anoche, en declaraciones a La Tribuna, de Televisión de Castellón Mediterráneo, Escobar afirmó que van a «sacar muchos puntos fuera de casa», pero también que tienen ganas de divertirse en Castalia. Además, reiteró que repartirá minutos en las primeras semanas: «Si tenemos que fichar, será dentro de un mes».

RESCATADOS // Dos futbolistas, por encima del resto, simbolizan ese giro de 180 grados. En siete días, Iván Sales y Albert Pedra pasaron de ver el empate frente al Olímpic que acabó costándole el cargo a Castelló, a ser protagonistas con mayúsculas en Novelda.

El primero, titular, redondeó un primer tiempo encomiable; el segundo, pese a que solo tuvo unos pocos minutos, forzó la falta (y la expulsión) que permitió a Javi Rubio, de un impecable golpeo, sellar el victorioso estreno del preparador almazorense.

«Al final se necesitaba aire fresco, algo que el nuevo cuerpo técnico nos ha inculcado, como hemos demostrado desde el principio con la ilusión, la garra…», destacó el castellonense que, además, retomó la posición en la que se siente más útil. «A Escobar le tuve en benjamines. Siempre he hablado con él en todo estos años», comenta, sobre la particular relación entre ambos.