Pablo Torrijos no quiere vender la piel del oso antes de cazarla. Tras costarle más de lo previsto lograr la mínima olímpica en triple salto, el atleta castellonense confiesa que se sentirá olímpico cuando pueda competir. No se trata de superstición, pero reconoce que en el atletismo “una lesión puede llamar a tu puerta en cualquier momento. Toco madera”.

Tras la medalla de plata en el Campeonato de Europa indoor en 2015, siendo el primer español de la historia en superar los 17 metros, con 17,04 metros, Torri esperaba que no le hubiera costado tanto en este 2016 lograr los 16.85 metros que la IAAF exigía para poder acudir a los JJOO de Río. Esa barrera la superó el pasado 2 de julio en Sierra Nevada, con un salto de 16.89 metros, el cual le liberó y le otorgó el billete para la Olimpiada.

LA PRESIÓN, “AUTOIMPUESTA” // El atleta del Playas de Castellón analiza para Mediterráneo cómo ha vivido estos últimos meses, donde no oculta que ha tenido mucha presión, “puesta por mí mismo”. “La verdad es que he sentido la presión por sacar la mínima para ir a los Juegos, aunque debo confesar que la mayor presión ha sido autoimpuesta. Conforme iban avanzando las competiciones, veía que me sentía bien, pero no era capaz de hacer la mínima; fue entonces cuando me sentí más presionado”, argumenta.

A Torri le fue entrando el nerviosismo: “En los entrenamientos todo iba perfecto, pero yo no hacía la mínima. Estaba en forma y me preocupaba no alcanzarla”.

El triplista no oculta que tras superar la mínima se liberó de “tanta presión”. Y la clave estuvo cuando se puso a pensar “qué pasaría en caso de no conseguirlo”. “Hasta ese momento sentía la obligación de alcanzarla, después me di cuenta de que si no lo hacía, no se iba a acabar el mundo”, añade el atleta playero.

CON MUCHA ILUSIÓN // Ahora, a puertas de los JJOO, Torrijos piensa ya en Río. “Estoy muy ilusionado. Tengo ganas de llegar a allí”, opina, aunque confiesa que tienen “ilusión”, aunque todavía no está “metido en la burbuja de los JJOO”. “Hasta que no llegue a Río y se celebre el desfile inaugural no sé cómo me voy a sentir”, dice.Eso sí, ahora sin presión, en los JJOO no renuncia a ser competitivo. “Mi objetivo es ser finalista en Río. Va a ser complicado, pero me gustan los desafíos complicados. Aspiro a pasar a la final y estar entre los ocho mejores (diploma olímpico), aunque sin olvidar que va a ser muy difícil”, arguye. H