El verano no empezó mal para las arcas del Villarreal. El traspaso de Eric Bailly --por el que se pagaron 5,5 millones de euros en enero del 2015-- al Manchester United por 35 kilos más incentivos que podrían incrementar la venta hasta los 40 supuso una gran inyección económica para una entidad que está basando el proyecto de las últimas temporadas en la estabilidad económica después de quedar a deuda cero tras el descenso a Segunda.

Ha sido, con diferencia, la venta más rentable del Villarreal en toda su historia, por delante de los 23 millones que se ingresaron por Cazorla (Málaga), los 21 de Forlán en la operación que le llevó al Atlético de Madrid y los 20 que le costó también a la entidad colchonera la salida de Luciano Vietto del Madrigal, el pasado verano.

El de Eric Bailly no ha sido el único buen negocio en la última operación salida, de la que también han formado parte el malagueño Samuel García, que hizo las maletas con dirección a Rusia (Rubin Kazán) a cambio de 5,5 millones de euros, Tomás Pina --comprado por el Club Brujas belga por tres kilos-- y Denis Suárez, una de las grandes revelaciones de la pasada campaña y que regresó al Barcelona previo pago por parte de la entidad culé de 3,25 millones de euros.

Otras salidas de jugadores con contrato en vigor se han producido solo a cambio de liberarse de las fichas. Espinosa (Levante), Moi (Sporting), Sergio Marcos (Valladolid)... además de las cesiones de Pantic, Nahuel, Marín, Pedraza y Afif. H