Las imágenes televisivas no ofrecen discusión en lo que fue, sin duda, la jugada más polémica e irreglamentaria de la última jornada de la NBA. La protagonizó el novano de los Pelicans de Nueva Orleans, Buddy Hield, quien agarró claramente de los testículos a DeMarcus Cousins, de los Kings de Sacramento, tal vez conocedor del carácter polémico del pívot rival. Sin embargo, en esta ocasión Cousins no tuvo culpa alguna y solo protestó a los árbitros por la acción totalmente fuera de lugar de su contrincante.

El agarrón a los testículos no ofrece dudas, en lo que fue una justa expulsión. La acción no descolocó a Cousins, quien fue clave en la victoria de su equipo por 105-99 al aportar 28 puntos y 14 rebotes.