Ana Roig, María Colonques y Naiara Ves no necesitan que les hablen de igualdad, pues ya la practican desde su infancia. Con solo siete años Ana se empeñó en su Borriol natal en hacer carrera en el mundo del fútbol. María, con nueve, pidió por activa y por pasiva a sus padres que le apuntaran a jugar en el equipo de su pueblo, el Villarreal CF, hasta que finalmente accedieron. Y Naiara tuvo más constancia que su hermano, que cuando llegó el frío invierno prefirió quedarse en su confortable casa a diferencia de ella, que siendo una niña ya sabía cuál era su pasión y continuó jugando en el Enguera. Años después, tras asegurar el ascenso con el Villarreal a Primera B se puede decir que las tres representan como nadie la eclosión de un deporte femenino empeñado en romper cuantas barreras se le presenten.

Pese a que esta misma temporada San Mamés o el Wanda han rozado el no hay billetes con partidos de mujeres, lo cierto es que las diferencias con los hombres siguen estando presentes. «Ellos solo tienen que entrenar y jugar, mientras nosotras el fútbol lo tenemos como un añadido después de estar todo el día estudiando y trabajando. Ahora por fin ya no nos cuesta dinero», admite Ana, que habla con conocimiento de causa, pues al margen de sus estudios es entrenadora en el equipo EDI del Villarreal. «Entre el fútbol y la carrera de Medicina no puedo tener más vida», apostilla María, que sueña con jugar algún día en el Estadio de la Cerámica: «Hay que ir poco a poco; ya me conformaría con pisar algún día el Mini Estadi».

Iguales en el deporte

Iguales en el deporte

Pese a que el coche en el que llegan a la Ciudad Deportiva tenga menos caballos y sus cuentas corrientes menos ceros, estas tres jugadoras afrontan el deporte con la misma ilusión que sus compañeros hombres. «La sensación de meter un gol es indescriptible. Se me ponen los pelos de punta», admite Naiara, que tras pasar por el Levante o Valencia ha marcado uno de los tantos más bonitos esta temporada en el Villarreal en todas las categorías: «El fútbol femenino está en su mejor momento, pero aún queda mucho camino por recorrer. Se puede decir que somos pioneras, pero las que más mérito tenían eran las primeras jugadoras que aguantaban cómo los hombres iban al campo a reírse de ellas».

Ana, por su parte, comparte también una de sus preocupaciones, tan habituales en cualquier deporte de equipo: «Mi peor momento es cuando no juego. Este año han venido muchos fichajes y cuesta más tener minutos. ¿Mi mejor momento? Me lo reservo para cuando subamos a Primera», reconoce con una sonrisa.

La goleadora María Colonques asegura que el fútbol le aporta «felicidad, esfuerzo y satisfacción cuando llegan los resultados» y no piensa aparcarlo por muy cuesta arriba que se le ponga compaginarlo con Medicina: «No me gusta hacer las cosas a medias. Me implico al cien por cien en todo lo que hago y por ahora lo estoy compaginando bien». La receta de la joven vila-realense de 21 años para acercarse más a igualdad es la siguiente: «Hay que invertir si no lo mismo, parecido. Todavía hay machismo, solo hay que ver las noticias todos los días, pero esto tiene que ser una cosa de todos. Cada vez más gente se da cuenta de que el fútbol femenino ha evolucionado mucho y tiene futuro». Ana, Naiara y María son la firme constatación de ello. Y si no se lo creen, acérquense un día a verles jugar.