Había que ganar… y se ganó. El Castellón se abrazó a la doctrina resultadista para derrotar a un enemigo que no existió. Juanfran aportó tranquilidad con su gol cerca del descanso y el Buñol, sin pisar el área, sembró de murmullos Castalia en los últimos minutos. Afortunadamente, el sufrimiento acabó poco antes del pitido final, con el 2-0 de Albert Pedra, ya en el descuento.

El Castellón venció, sí, pero no convenció. Después de tres derrotas consecutivas, no había otra. El Buñol resultó ser un rival propicio, demostrando el porqué llegaba con el casillero de puntos a cero y un gol a favor en cuatro jornadas. Un adversario que, en condiciones normales, tenía que haber salido derrotado por más holgura y sin esperar al 92’ para la sentencia… Pero es lo que hay.

Castelló prolongó el 4-2-3-1 de Segorbe, con Juanfran por el expulsado Ramos, un central en el doble pivote (le tocó el turno a Guille Vázquez), Chema en el lugar de Albert Pedra para que Borja Gómez estrenase su condición de interior derecho (aunque los tres mediapuntas jugaron a intercambiarse las posiciones) y Víctor Pino sentando a Yagüe. De salida, fue más el Castellón de la primera parte de El Sisterre que el luego casi salva los muebles con 10, con no demasiada convicción en lo que hizo y excesivamente cadencioso a la hora de hacer circular la pelota, que es lo que su técnico quiere.

Castalia, desierto y desacostumbradamente silencioso, remarcó el frío arranque del encuentro, solo alterado por un par de duras entradas de los visitantes. La primera vez que los orelluts pisaron el área visitante, desencadenó las protestas por el gol fantasma de Borja Gómez, pero el árbitro, a instancias de su auxiliar, determinó que el meta no había sacado el balón más allá de la línea.

DESDE LEJOS // Después del puntual desajuste defensivo que Corell marró, el Castellón pasó a cumplir con lo primero que se le exige: manejar el partido y encerrar al rival en sus dominios. A falta de huecos (o de la capacidad de generarlos), Lolo Ivars fue probándolo desde la media y larga distancia, con una creciente sensación de peligro. Pero, para ocasión, la de Loza, que remató un centro de Juanfran hacia su propio portero que se marchó fuera por centímetros. Con todo, retrocedamos a la última tentativa del ex del Crevillente, respondida ágilmente por Antonio. Un córner del que nació el 1-0, donde Juanfran ejerció del 9 que falta para cazar una pelota en el área pequeña, tras la parada de Antonio, para aliviar Castalia. Un claro penalti no señalado, por manos de Loza, dio pie al descanso.

Los orelluts siguieron dominando a su antojo a la vuelta del receso, pero sin traducir en el marcador esa sensación de que las distancias entre uno y otro equipo eran abismales. El Buñol terminó por estirarse, en vista de que continuaba dentro del partido. Al final, el reaparecido Fonte certificó una superioridad numérica en una contra sirviendo el 2-0 en bandeja a Albert Pedra. H