Apagado el clásico, con ese frustrante final firmado por Sergio Ramos que silenció el Camp Nou, el Barça continúa buscando argumentos para levantarse. No hay manera de hacerlo en este último mes donde la derrota en el campo del City abrió una crisis poca clásica para el equipo de Luis Enrique. Poco clásico resulta, por ejemplo, que una delantera formada por Messi, el mejor del mundo; Luis Suárez, el mejor nueve del mundo; y Neymar, considerado como el heredero al trono de Leo, se haya estancado. No chuta ahora el tridente. No es una expresión, es algo literal. Chuta poco y sin mucha puntería, como retratan los cinco últimos partidos. Apenas cinco goles (dos de ellos a balón parado, el penalti de Messi en Glasgow y el cabezazo de Suárez al Madrid) en los últimos 540 minutos simbolizan ese inusual declive.

CHARLA DEL MÍSTER // Es el Barça de Luis Enrique un equipo pensado por y para el tridente. Y si el tridente no anda fino, es normal que lo acuse porque toda su estructura está organizada (con o sin Iniesta) para que los delanteros expresen su talento. Con el capitán, todo es mucho más fácil y, sobre todo, mucho más fluido como se demostró en la media hora final del clásico. De repente, el equipo redescubrió viejas sensaciones y se sintió mucho más feliz, solo falta mirar el rostro de Busquets, que ofreció sus mejores minutos del curso, o del propio Messi. Sin Iniesta en el campo, la vida resulta mucho más dura, incluso para tres estrellas.

Hasta Luis Enrique, que se reunió ayer con la plantilla para analizar el empate con el Madrid y preparar el inminente el duelo europeo de mañana con el Borussia, admitió ese problema. «Tuvimos dos claras ocasiones de Ney y Leo para cerrar el partido», dijo el técnico con la boca pequeña. «Debemos mejorar en efectividad», subrayó Luis Enrique.

Sorprendente resulta la extraña involución que ha protagonizado Neymar ante el gol. De repente, no ve portería. Su último tanto se remonta al 19 de octubre en el Camp Nou ante el City. Desde entonces, ha desaparecido. Mientras aumenta su influencia como asistente (el sábado sirvió el centro a Luis Suárez en el 1-0), decrece su impacto como goleador. El delantero brasileño suma más del doble de asistencias (13) que de tantos (6). Si se le compara con su aportación de la pasada temporada, por esta misma época, es aún más dolorosa. Ney llevaba entonces 16 dianas.