Con 24 años y siete temporadas en el club, nadie va a descubrir ahora las capacidades de Manu Trigueros. Pero lo cierto es que el de Talavera parece otro jugador en este arranque de temporada… y parece mucho mejor. El mediocentro lo ha jugado todo --630 minutos en siete jornadas--, y lo ha jugado bien. Él no esconde que se encuentra en un momento dulce e intenta explicar las causas de esta transformación: “Estoy muy contento por cómo he empezado después de una pretemporada tan revuelta. Ahora noto la confianza del míster y la confianza de mis compañeros, lo que se traduce en que tenga más confianza en mi juego”. El canterano añade a su vez que el “nuevo estilo” implantado por Fran Escribá le permite explotar más sus cualidades: “Me viene muy bien. El míster nos mete en la cabeza que somos un gran equipo, con grandes jugadores y nos anima para seguir trabajando en la misma línea”.

Lo cierto es que un centro del campo formado por futbolistas como Bruno, Jonathan, Soriano, Castillejo o el propio Trigueros no tiene nada que envidiar al de ningún club de primer nivel tanto español como europeo. Así lo ve también el protagonista. “Cuando tenemos el balón es muy difícil que nos lo quiten. Después tenemos además variantes como gente rápida arriba que puede hacer daño al contragolpe, lo que nos convierte en un equipo peligroso para los rivales por las direrentes variantes que tenemos”, argumenta.

Echando la mirada hacia atrás, destaca el de Talavera la seguridad defensiva de un Villarreal que mantiene su bloque de la pasada campaña con hombres como Asenjo, Mario, Musacchio, Víctor Ruiz o Jaume Costa: “Llevamos jugando juntos tres o cuatro años y nos conocemos muy bien. Tenemos los movimientos interiorizados y es una ventaja; además con las variantes que está introduciendo Escribá también estamos consiguiendo acabar muchos partidos con la portería a cero y que nos generen pocas ocasiones”.

Incide también el jugador en que el Villarreal tiene mimbres suficientes como “para pelear e incomodar al Madrid y Barça, como ya se vio en el Santiago Bernabéu” hace unas semanas, pero mantiene los pies en el suelo. A la hora de hablar de objetivos, reconoce lo siguiente: “Firmaría conseguir lo del año pasado, quedar cuarto, porque además este año entras directo a la fase de grupos de la Champions, aunque será complicado con equipos duros como Sevilla, Athletic o Valencia, que siempre estará ahí”.

Regresando al plano personal, señala que durante la etapa de Marcelino en el banquillo del Submarino “rotaba más”, reconociendo que el cambio provoca que se sienta “más importante. El año pasado por ejemplo me repartía los minutos con Pina, ahora estoy recuperando bien y aunque hay mucha gente buena en el centro del campo y no me puedo relajar, me siento muy cómodo. Voy a seguir trabajando para mantener el nivel”.

Por último, cuestionado sobre la relevancia del capitán y compañero Bruno Soriano en el club, cumpliendo la pasada semana la friolera de 10 años de su debut en la máxima categoría del fútbol español, asegura que estaría encantado de seguir los pasos del de Artana: “Me gustaría pasar aquí toda mi carrera deportiva, tanto mi gente como en el club ya lo saben. Llevo siete años ya y me gustaría estar todos los que me quedan, pues es uno de los mejores clubs para competir”.