La protesta contra el racismo que se produjo en el 2016 por parte de Colin Kaepernick, ha animado a la mayoría de estadounidenses a apoyar la causa y seguir los pasos del jugador de fútbol americano. Esto es algo que no ha gustado nada al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que le ha llevado a la promesa de no ver más partidos y de no comprar entradas para asistir a los estadios de este deporte, según ha hecho público el máximo mandatario estadounidense.

Roger Goodell, comisionado de la Liga Nacional de Fútbol (NFL), manifestó que el gesto de los jugadores de arrodillarse para protestar contra la injusticia social, no era una falta de respeto ni a la bandera ni al país, pero Trump no ha dudado ni un segundo en criticar estas declaraciones. Pero no acaba aquí la historia. La Federación de Fútbol de Estados Unidos revocó la prohibición de los jugadores de arrodillarse como protesta, algo que ha indignado al presidente de EEUU.

Este gesto durante el himno nacional antes del inicio de los partidos ha provocado la desconexión de Trump hacia la NFL. Lo ha mostrado en una serie de tuits, que se suman a los reenvios de apoyo hacia los comentarios de los representantes republicanos Jim Jordan y Matt Gaetz, que tampoco están de acuerdo con la decisión de la Federación.

RECHAZO HACIA LAS PROTESTAS

Trump, indignado con los jugadores que tomaron dicha actitud, llamó a los dueños de la NFL para solicitar que fueran más duros e inflexibles, llevándolos ni más ni menos que al despido inmediato.

Goodell dijo a principios de mes que la liga estaba "equivocada" por no "escuchar a los jugadores de la NFL antes y así alentarlos a todos para que protestaran pacíficamente", lo que ha llevado a provocar en estos instantes tal estallido en gran parte del país.