Solo falta que en la megafonía del Nou Camp de Morvedre, esta tarde, en los prolegómenos del partido, resuene, además de la cancioncilla de marras, aquello de Última llamada para... En este caso, esa última llamada va dirigida a los albinegros, que apuran sus opciones de no despedirse del primer puesto, una de las muchas y valiosas cosas en juego, desde las cinco y media, en el auténtico fortín del fútbol español.

El Castellón acude a Sagunto con la idea puesta en ganar para recortar los siete puntos de desventaja respecto al primer clasificado, lo que le llevaría, virtualmente, a llevarse el extra del coeficiente particular (tras el 0-0 de Castalia). Lo hace, como siempre, con toda la presión del mundo (como no puede ser de otra forma, con el sambenito con el que carga desde su caída a Tercera) aunque, sorprendentemente, no como favorito. Eso es cosa del Atlético Saguntino, no solo porque está al frente de la tabla, sino porque sus números, como local, simple y llanamente, asustan.

Si el Nou Camp de Morvedre, tradicionalmente, ha sido territorio comanche para los albinegros, más todavía lo será (debería ser, estadísticas en mano) esta temporada. Los romanos han construido su imperio desde los cimientos, en un comportamiento ante su público ejemplar: 11 victorias en 11 comparecencias y solo tres goles recibidos en cerca de 1.000 minutos. Además, no han pasado por allí los modestos, los candidatos a no bajar, sino el Elche B (segundo), Ontinyent (tercero), Torre Levante (sexto), Orihuela (séptimo), Alzira (noveno) o Torrevieja (décimo), entre otros.

CERROJAZO // Además, solo ha recibido un gol en lo que llevamos de segunda vuelta (cinco jornadas, costándole la derrota en el Vicente García), con lo que Adrián Lluna (recuerden: el expulsado a los 18 minutos del compromiso de la primera vuelta en Castalia) es el zamora destacado del grupo, con un promedio de solo 0,59 goles encajados por partido (casi la mitad, por ejemplo, que Álvaro Campos). Arriba, Carlos Esteve tira del equipo con nueve dianas, bien respaldado por David Fas (8) y el sorprendente lateral derecho Fran Gámez (7): entre ellos, 24 de los 34 tantos romanos (70,1%).

Dejando a un lado el plus motivacional de la legión de exalbinegros y/o jugadores provinciales del Atlético Saguntino (no tantos como el Borriol, pero sí gente destacada como Néstor Querol, Adrián Lois, los más recientes Juanjo Clausí y David Escudero... pero, sobre todo, Marc Trilles), existe otro aliciente que estimula al Castellón, más allá de lo determinante que es el partido, desde el punta de vista futbolístico e incluso económico. El incentivo que espolea a los de Kiko Ramírez tiene que ver con la fibra sensible, con la sentida pérdida de Enrique Arandes, fiel y solidario aficionado orellut que murió el lunes con 95 años. “Se me ponía la piel de gallina al verle hablar de su Castellón”, ha dejado escrito Dani Pujol en su cuenta de Twitter.

Todo apunta, pues, a una gran batalla en el Nou Camp de Morvedre donde, paradójicamente, el Castellón pierde a sus futbolistas con más capacidad para galvanizar su juego: Marenyà y Meseguer caen por tarjetas. Gaizka Garitano y Rubén Fonte son las otras bajas, ambas por lesión.

Lo más normal, sobre el bloque que venció al Borriol, es que Arturo Navarro adelante su posición para suplir a Jordi (Guille Vázquez sería titular en el eje de la retaguardia). Todo apunta a que la ausencia de Charly conlleva una mayor metamorfosis: ¿Tariq y Antonio juntos de salida? H