Dejen que empiece con un llamamiento. Este próximo viernes el Pabellón Ciutat de Castelló debe ser una olla a presión. El motivo es que sigue estando en juego la consecución de la permanencia de forma matemática para el TAU Castelló, cuando restan cuatro partidos por disputarse en la Liga LEB Oro.

Muy pocos pensaban que en la segunda temporada en la segunda categoría del baloncesto nacional y tras el espectacular mes de diciembre que hizo el equipo, se iba a sufrir tanto para mantener la categoría. Es más, tras la buena racha de resultados se pensó hasta en clasificarse entre los nueve primeros y disputar el play-off de ascenso, una misión que ahora ya es imposible. Y todo ello lleva a pensar que hay que jugar cada partido y no se pueden hacer cábalas con anterioridad.

No obstante, también pienso que la situación del TAU Castelló —solo tiene un colchón de dos victorias sobre el descenso— se debe a la mala suerte. El último ejemplo el pasado viernes en la pista del líder, donde el equipo de Toni Ten llegó al último minuto con ventaja y mereció ganar. De haber sacado adelante solo unos pocos encuentros de los que han tenido un final agónico la situación sería otra.

Pero es la que es y solo hay que mirar hacia adelante. El viernes visita el Ciutat el potente Melilla y estoy convencido de que el TAU Castelló tendrá sus opciones. Si gana y pierde el Calzados Robusta la salvación será casi una realidad. Falta un último esfuerzo.