El Castellón volvió a Primera División por la puerta grande, como campeón de Segunda al término de la campaña 88-89. Al equipo albinegro le sobró una jornada, la última del campeonato, para hacer realidad su doble objetivo: ascender y, además, como primer clasificado.

Pocas cosas hacían presagiar a principio de temporada que el Castellón pudiera ser uno de los elegidos para subir a la máxima categoría. La discreta actuación en la primera vuelta --séptimo-- no hacía concebir demasiadas esperanzas a los aficionados. Fue en la segunda vuelta en la que el Castellón cimentó su éxito: sólo perdió dos partidos, con 12 victorias y cinco empates. En Castalia únicamente dejó escapar dos puntos.

La mejora no se circunscribió exclusivamente a los resultados. Con éstos también llegó un fútbol de muy aceptable calidad, aunque poco espectacular, en el que tuvo mucho que ver la mano de Luiche, el técnico del plantel castellonense. Debutante en los banquillos de Segunda --después lo fue de Primera--, dio muestras de buen psicólogo y estratega. A lo largo de la temporada, el preparador alicantino preparó los diferentes enfrentamientos no tanto como local o visitante, sino en función del oponente.

Según el rival, el Castellón actuaba con dos o tres puntas. Fueron fijos el goleador Mel --autor de más del 50% de los goles del equipo en Liga y Copa-- y el joven Raúl. La tercera plaza se la repartieron Cabrera, Viña y Puskas.

La incorporación del argentino Bonhoff, que fichó una vez comenzada la Liga, dotó a la zaga de más seguridad. Otro tanto puede decirse del portero Emilio, que a raíz del 4-0 encajado en el Sardinero ante el Racing sustituyó bajo los palos al entonces titular, Martínez Puig. Con ellos, los laterales

Alejandro y Alfredo y el líbero Javi, el Castellón fue el equipo menos goleado de Segunda. En el centro del campo, los más habituales fueron Escobar,

Vinyals, José --los tres con experiencia en 1ª-- y Manchado.

En el último partido, el 25 de junio de 1989, el Castellón derrotaba ampliamente al Castilla (6-0) en un abarrotado Castalia, poniendo el broche de oro a una de las mejores temporadas del fútbol albinegro.