C risis abortada. Samuel Umtiti (24 años) firmará hoy en el Camp Nou la ampliación de su contrato con el Barça hasta el 2023 (el actual expira en el 2021), con la consecuente actualización de la cláusula de rescisión. Los 60 millones en que estaba tasada la libertad del central francés eran a todas luces una ganga en el mercado actual. En las recientes renovaciones de Piqué y Sergi Roberto esa cifra se ha incrementado hasta los 500 millones.

Caso Griezmann aparte, la continuidad de Umtiti era el principal quebradero de cabeza para la dirección deportiva azulgrana. Después de muchos años sin acertar con los centrales, la llegada de Big Sam en el verano del 2016 apuntaló una zona vital. El francés, que llegó procedente del Lyón con 22 años, ha sido titular indiscutible las últimas dos temporadas, tanto con Luis Enrique como con Ernesto Valverde, y se ha erigido en un pilar de la selección francesa. Una pieza que el Barcelona no podía perder.

Las conversaciones encallaron en marzo, cuando los agentes del jugador rechazaron la oferta del club (le proponía pasar de cobrar tres millones a seis), esgrimiendo el mareante contrato que el Manchester United le ponía sobre la mesa. La contraoferta azulgrana ha ido creciendo hasta satisfacer las demandas del futbolista, que hace unos días dejaba entrever que el acuerdo estaba cerca.

La renovación de Umtiti no debería alterar los planes azulgranas de fichar al sevillista Lenglet, otro central francés que aterrizaría en el Camp Nou con 22 años y cuya cláusula es de 30 millones. Yerry Mina no tiene cabida en la plantilla y saldrá cedido.