Ni Salah, reservado por Héctor Cúper, ni Luis Suárez, que completó uno de los peores partidos de su vida. El héroe del estreno charrúa fue Giménez. Un cabezazo agónico del central del Atlético acabó con la resistencia de Egipto en Ekaterimburgo (0-1).

El duelo comenzó con dos noticias importantes en Egipto. En primer lugar, la ausencia de Salah. Cúper jugó al despiste en la previa dejando caer que sería titular, pero prefirió reservarlo. Godín, Giménez o Cáceres no eran los mejores adversarios para una reaparición. El técnico también prescindió del portero Essam El Hadary, que aspira a convertirse a sus 45 años en el futbolista más longevo en un Mundial.

Volvió Suárez pero el jugador del Barça exhibió su peor versión. Su festival de errores comenzó en el minuto 23 cuando se quedó solo ante El Shenawy. Pareció gol por el efecto óptico, pero su tiro se fue al lateral de la red. Era más fácil marcar que errar. La frustración aumentó en la primera jugada del segundo tiempo. Suárez fue incapaz de superar al portero africano. El trío de desgracias lo completó nuevamente ante el arquero. El delantero dudó y acabó tropezando (m. 72).

Edinson Cavani, más entonado, también topó con el meta egipcio antes de enviar una falta al palo (m. 88). Pero Uruguay nunca se rinde. Es todo corazón y compromiso. La desesperación dio paso al éxtasis con el cabezazo salvador de Giménez.