Valencia y Atlético de Madrid iniciaron la Liga con un empate en un partido intenso y de fuerzas niveladas en las que el equipo madrileño dominó la primera parte. En cambio, el Valencia reaccionó en la segunda, aunque los minutos finales, tras los cambios, fueron nuevamente del conjunto de Diego Simeone.

A los 27 minutos un control de Griezmann creó un hueco en la defensa local que le permitió ceder a un Correa desmarcado, pero que no estaba en fuera de juego por la posición de Piccini. Solo ante la meta, no dio opción a Neto para detener su disparo. El gol puso el partido donde quería el Atlético y desconcertó ligeramente al Valencia, en especial Diego Costa en un par de acciones.

El Valencia salió con más mordiente tras el descanso y consiguió jugar cerca de la meta de Oblak, pero sin crear peligro ante un Atlético muy compacto. La mejoría local servía para tener el balón y parecía insustancial, hasta que en el minuto 56 un centro de Wass, acompañado de un error de Godín, permitió que Rodrigo empatara el encuentro con un disparo inapelable.

La igualada propuso un partido diferente. El Valencia le metió una marcha más al encuentro ante un Atlético que no se descompuso. El tesón del Valencia se reflejó en el balón enviado al poste por Paulista en un cabezazo tras un córner, cuando los ché ya se animaba a no sacarlos en corto.

Sin embargo, el Atlético había superado un momento difícil y recuperó las riendas del juego. A un cuarto de hora del final era el que dominaba el encuentro, aunque Wass y Gameiro tuvieron las últimas ocasiones de gol.