Tres meses sin ganar en Liga. Esa es la realidad de un Valencia que ayer volvió a probar el amargo sabor de la derrota en su visita al campo del Benito Villamarín en un encuentro de los que, mirando a la tabla, se podía considerar entre dos rivales directos que quieren poner tierra de por medio con los puestos de descenso.

De hecho, con los tres puntos conseguidos gracias a un solitario gol de Rubén Castro, el Betis se reencontró con la victoria después de media Liga y iguala a un Valencia muy tocado, a la deriva y que mostró en Sevilla su pésimo rendimiento de esta campaña.

Y es que pese a que se disputaba la cuarta jornada de la segunda vuelta, ambos equipos se presentaron con unas necesidades tremendas y con la pesada carga de que el sevillano acumulaba nueve jornadas de Liga sin ganar y el valenciano 11, que ya son 12 con un entrenador, Gary Neville, más que cuestionado y en la cuerda floja después de no saber todavía lo que es ganar con el Valencia en el torneo doméstico.

Pese a la derrota final, fueron los de Mestalla los que, gracias a la superioridad de hombres en el centro del campo y una presión adelantada, llevaron el peso del partido dificultando que los de Merino tuvieran claridad para acercarse a las inmediaciones del meta australiano Matt Ryan.

Pero en la reanudación el partido fue otro radicalmente, ya que a los cuatro minutos Castro encontró la meta adversaria después de una descoordinación defensiva che en la que se fraguó el que puede ser el inicio del fín de Neville como técnico. H