El Valencia fue zancadilleado otra vez cuando menos lo esperaba la afición che y ahora toca levantarse para despedir el año sin que amaine la euforia en la capital del Turia. La inesperada derrota ante el Eibar --segunda consecutivo lejos de Mestalla tras la de Getafe-- obliga al equipo de Marcelino a sumar en el derbi autonómico del próximo sábado (16.15 horas, Mestalla) ante el Villarreal, porque el Atlético le ha superado en la clasificación y el Madrid, con un partido menos, le tiene a tiro de tres puntos.

Aunque Marcelino avisó días atrás que es prácticamente imposible que su equipo esté luchando por el título de Liga con Barça y Madrid al final del curso futbolístico, los valencianistas se niegan a tirar la toalla en el mes de diciembre después de una primera parte de la competición de matrícula de honor. De hecho, en la ciudad no se habla de otra cosa más que de fichajes en este mercado de invierno, con dos nombres propios: Sandro (ex del Barça, ahora en el Everton tras su paso la temporada anterior por el Málaga) y Aleix Vidal (que tampoco está gozando de muchos minutos con Ernesto Valverde).

El deseo de la afición va en la línea de trabajo de la cúpula del club, aunque el inconveniente para reforzar la plantilla es el económico. El Valencia arrastra un saldo negativo de 45 millones que debe reducir antes del 30 de junio para cumplir el fair play financiero de la UEFA y tener mayor libertad de movimientos.

LA DUDA DE GAYÀ // El partido contra el Submarino será el último antes de abrir la posibilidad de fichajes y el Valencia lo afrontará con la duda de Gayà, que tuvo que ser sustituido frente al Eibar por molestias en los isquiotibiales de la pierna izquierda. Marcelino sí recupera al sancionado Zaza, además de piezas clave como son Carlos Soler o Garay. Guedes ya tuvo minutos el sábado.