El Valencia volvió a jugar con fuego ante el Lille, pues se jugaba casi todo su futuro en la Champions, pero a diferencia de Francia esta vez no se quemó. Su rival se adelantó y pudo sentenciar, pero no lo hizo y, empujados por Mestalla, los locales dieron la vuelta al marcador en una desbocada media hora final en la que metieron cuatro goles para lograr tres puntos que le ponen a un paso de octavos. Si gana en la próxima jornada al Chelsea en casa lo tendrá hecho.

Cuando aún no se había recuperado del 0-1, el Valencia perdió por lesión a Cheryshev, pero la entrada del intrépido Ferran Torres le sacó del shock. Él por una banda y Vallejo por la otra, el asedio ganó profundidad y en una de esas internadas el balón golpeó en la mano de Fonte. Con una enorme sangre fría Parejo empató a lo Panenka. El choque se volvió loco y esta vez el Valencia salió favorecido.