Arranca la semana definitiva del mercado de fichajes de invierno con el futuro de Rodrigo Moreno en el aire. El interés del Barça, aunque no se ha transformado en una oferta convincente para el Valencia, sigue siendo una amenaza hasta el 31 de enero, a menos que antes el club azulgrana se decante por otro delantero para suplir la baja de Luis Suárez.

Quique Setién fue quien puso sobre la mesa el nombre del futbolista che, y desde ese momento Rodrigo es el objetivo prioritario, por delante de otros como Aubameyang (Arsenal), Werner (Leipzig) o Lautaro (Inter de Milán).

En Mestalla no tenían intención de traspasar al internacional español en este mercado de enero. De hecho cuentan con él para los retos que tiene por delante el equipo y solo cederían a vender por una cantidad que estaría en torno a los 60 millones de euros, lo mismo que el pasado verano, cuando el Atlético de Madrid pugnó por su fichaje. Y siempre que tengan un sustituto a tiro que ofrezca garantías.

El problema del Barça es que no puede asumir el coste de una operación de ese calibre. Buscan una cesión y convencer al Valencia de que acepte una venta aplazada al próximo ejercicio, es decir a partir del 1 de julio. La sorpresa del Valencia se produjo al conocer que el club azulgrana ni siquiera se compromete a fichar al jugador y pretende que la opción de compra no sea obligada, situación que no aceptan en la capital del Turia. Y para suavizar el trato ofrecen futbolistas que no cuentan, como el lateral Wagué y el delantero Abel Ruiz.