Australia empató a un gol ante una mediocre selección danesa y se mantiene con vida. El protagonista en Samara fue el árbitro español Mateu Lahoz, que pitó su primer partido en un Mundial. El VAR evitó un error claro del valenciano, acostumbrado a montar más de un lío en la Liga española.

Dinamarca lo tuvo toda de cara tras adelantarse a los 7 minutos por mediación de Eriksen. Jorgensen, de cabeza, pudo ampliar la renta, pero fue Australia la que logró el empate, con un penalti señalado por Mateu en la primera pena máxima señalada concedida por un español a instancias del VAR tras cambiar de opinión tras ver en las imágenes la mano de Yurary Poulsen. El videoarbitraje evitó otro fallo. Jedinak transformó el lanzamiento. Los australianos pudieron llevarse el triunfo en intentos de Mooy, Rogic, Arzani y Leckie, pero Schmeichel se mantuvo firme.