El encuentro de la Liga francesa entre el Bastia y el Lyón fue suspendido ayer después de que los jugadores del conjunto visitante se negaran a saltar al césped para disputar la segunda parte, por las amenazas de los aficionados ultras del conjunto corso, que ya habían agredido a los futbolistas visitantes antes del inicio del choque. Los incidentes comenzaron en los minutos previos, cuando decenas de seguidores del Bastia saltaron al césped para intimidar a los jugadores del Lyón, que efectuaban ejercicios de calentamiento. El grupo de aficionados irrumpió por uno de los fondos y acorralaron al portero Mathieu Gorgelin, que reculó para unirse al resto de compañeros. Algunos futbolistas, como el holandés Memphis Depay, fueron empujados y amenazados por los ultras.

No fue el único incidente. El sábado por la noche, un grupo de seguidores del conjunto suizo del Sion asaltó el autobús del Servette en un área de la autopista camino de regreso a Ginebra. Aparentemente borrachos, rompieron varios cristales del vehículo.

Y en Argentina, un grupo de hinchas del Belgrano lanzó a un joven desde la grada del estadio, sufriendo traumatismo craneoencefálico. El problema surgió cuando el agredido se encontró con el imputado por atropellar y matar a su hermano (14 años).