Fue aquí, en este icónico trazado en mitad del bosque de Las Ardenas, donde Fernando Alonso perdió su última oportunidad de ser campeón del mundo en el 2012.

Aquella temporada, Alonso perdió el título frente al Red Bull de Sebastian Vettel por tres puntos con un coche muy inferior. Fue, sin lugar, a dudas el mejor año de Alonso en la Fórmula 1, con actuaciones espectaculares sin apenas errores. Era líder cuando al llegar aquí a Spa, una maniobra peligrosísima de Romain Grosjean produjo un accidente en cadena en la salida. En esta ocasión fue Nico Hulkenberg quien erró por mucho la frenada hasta zumbarle un tremendo golpe por detrás al asturiano y catapultar por los aires el McLaren por encima del alerón trasero del Red Bull de Daniel Ricciardo y por encima del halo del Sauber de Charles Leclerc.

Mientras tanto, Sebastian Vettel aprovechaba el primer rebufo para sobrepasar a Lewis Hamilton. Desde entonces, el alemán siempre mantuvo a raya al inglés, con dos décimas por vuelta siempre a favor del Ferrari. Casi no hubo pelea. Vettel no cometió errores y Hamilton nada pudo hacer ante un Ferrari más potente. Ganó el alemán para sumar su victoria número 52 y situarse como el tercer piloto de la historia de la F-1 con más victorias.