J.R. Smith es un caballero y, como tal, saluda y muestra sus respetos a los jugadores rivales. En este caso, el escolta de los Cleveland Cavaliers se acercó al banquillo de los Milwaukee Bucks para saludar a un contrario. Lo que no sabía el jugador de la franquicia de Ohio era que Tony Snell, de los Bucks, aprovecharía para recibir un pase rápido y enchufarle una canasta por la espalda.

Smith exhibió poca concentración en una jugada que, aunque en el cómputo global del partido es intrascendente, deja muy mala imagen. Hace unas semanas se vio en el Madison Square Garden como un compañero evitó que Hernangómez ayudara a levantar a un rival porque "es una guerra, no se puede ayudar a ningún contrario mientras se está en la cancha". Quizá J.R. Smith debería aplicarse esa filosofía.