El Villarreal B volvió a caer en casa, esta vez no fue contra un rival directo por la zona de play-off, pero fue contra un rival histórico como el Valencia Mestalla. Los amarillos no pudieron contrarrestar un gol tempranero de Pascu, pese a contar con el dominio de la posesión durante gran parte del partido. Duro castigo para el filial groguet que ya suma cuatro partidos consecutivos en casa sin conocer la victoria.

El inicio del duelo dejó claro quien quería llevar las riendas del choque. El Valencia Mestalla salió con valentía a dominar territorialmente a su anfitrión, los chesse hicieron con una parte importante del porcentaje de la posesión del balón, intensos en todo momento. Tanto fue el empuje del filial valencianista que a los tres minutos no desaprovecharon su primera llegada al área.

Un despropósito colectivo en el eje de la zaga amarilla entre Sofian, Carlos Blanco y el arquero Josele terminó en un mal despeje sobre el punto de penalti que, tras controlar tranquilamente, Pascu envió al fondo de la red. Regalo que puso el duelo muy difícil para el Villarreal B. Sin embargo, el Mini Submarino está acostumbrándose a que los partidos se le pongan cuesta arriba.

Tras el impacto inicial, los de Miguel Álvarez se pusieron el mono de trabajo y comenzaron a hacer valer su condición de locales, ganando confianza en el juego y peso en el porcentaje de la posesión. Lozano desde fuera del área dio el primer aviso y en el minuto 10 fue Álex Baena el que, sólo ante el portero, intentó colocar el cuero al palo largo, pero el disparo, flojo, lo detuvo el guardameta visitante.

El resto del primer tiempo fue de dominio infructuoso del Villarreal B ante un Mestalla que se limitó a guarecer sus líneas en defensa y frenar el juego de ataque local. Sin más se llegó al descanso, con el run-run en la grada.

Con la reanudación se percibió un Villarreal B más abierto y con más intenciones ofensivas. El filial del Valencia buscó algo más los espacios que le ofrecía el cuadro local, pero sin desordenarse.Los anfitriones movieron el banquillo para refrescar el ataque, pero la figura que se erigió como la más importante del partido no fue un delantero precisamente.

Un muro / Cristian Rivero, portero visitante, fue una pesadilla para los delanteros locales. Primero intervino en un remate de cabeza de Álex Baena con una mano salvadora y, ya en los minutos finales, realizó otra gran estirada ante un cabezazo de Espiau que ya parecía que se colaba.

El Villarreal B solo llegó por banda a la zona de peligro, pero de la multitud de balones colgados al área valencianista ninguno llegó a un buen resultado. Al final, con centrales incluidos sumados al ataque, ya ni se acertaba con el remate entre los tres palos. Tres puntos más que se pierden y vuelan lejos de casa en el momento más difícil de la temporada para el Mini Submarino.