El Villarreal B sonríe de nuevo en el comienzo del año 2020 y de la segunda vuelta del campeonato de liga. Dos victorias y un empate han vuelto a levantar la moral y la ilusión de la plantilla y afición del Mini. Pero además, hay un factor añadido que alimenta esa unión entre la grada y el equipo. Y es que el filial lleva tres partidos seguidos como local logrando la victoria, acompañando al buen juego, a la recobrada chispa en ataque y a la solidez defensiva, los buenos resultados, además, de forma continuada. Y esto es algo que no sucedía desde hacía un año, cuando los groguets vencieron al por aquel entonces intratable Lleida.

Con el triunfo del filial ante el cuadro ilerdense enlazaron tres victorias seguidas en casa. La primera ante Atlético Levante (1-0), la segunda ante el Badalona (1-0) y la tercera ante el nombrado equipo de la Terra Ferma (3-1). Tres triunfos consecutivos que no se ha vuelto a dar en los siguientes 12 meses, obviamente, con vacaciones de verano de por medio.

Tres partidos seguidos ganando en casa son la base para que la ilusión que hay alrededor del filial se afiance y crezca, y más después de un año sin conseguirlo. Ahora está en manos de los futbolistas que el Mini pase de ser un fortín a una fortaleza inexpugnable en la que el Villarreal B se apoye para entrar en zona play-off a 2ª A.