Un Villarreal B con recursos y cambio de registro doblegó al Ontinyent. Este filial de Javi Calleja sabe a lo que juega. Combina, toca, es protagonista con la pelota, pero también baja al barro cuado toca para luchar como jabatos cuando es necesario.

Eso solo a nivel de sensaciones. Los resultados también despiertan ilusión y reflejan el buen trabajo de un Mini Submarino que ya comanda en solitario, de forma estelar, la clasificación del Grupo III de Segunda División B.

El partido disputado ayer en El Clariano dio claras muestras de lo que está siendo y será este equipo amarillo. Como ya hizo en la primera jornada frente al Atlético Baleares, el Villarreal B anotó en la primera parte y supo aguantar todo el partido para conservar el resultado favorable.

A pesar de que en el inicio del encuentro, el Ontinyent quiso llevar el mando del partido, el Villarreal B respondió rápidamente con buen juego y numerosas ocasiones. Principalmente de la mano de Dalmau y Leo Suárez, que fueron los más activos de cara a puerta durante la primera parte.

Leo Suárez, clave // La mejor ocasión de la primera fue para el mallorquín Dalmau, que tras un centro pasado no supo rematar entre los tres palos. Hasta que en el minuto 41 llegó el gol de Leo Suárez para romper la igualada antes del tiempo de descanso.

El interior del Villarreal B, que ya ha debutado este año con el primer equipo, tuvo una actuación destacada durante todo el partido. Disputó los 90 minutos y estuvo ofreciéndose en cada jugada de ataque. El argentino se inventó un disparo desde 30 metros que acabó dentro de la portería que defendía Álvaro Campos.

El partido se fue al descanso con 0-1 en el electrónico. El cuadro de Calleja metió el primer y único gol del encuentro, pero podrían haber llegado más. No en vano, la insistencia que tuvo de cara a puerta, incluso hasta en los minutos finales del partido, pudo traducirse en más goles.

Oficio amarillo // En la reanudación, el Villarreal B intentó seguir con el juego desplegado en la primera parte, pero los locales impusieron un fútbol de toque. Además, tras los cambios realizados, encerró por momentos al Villarreal B en su campo. Eso sí, a pesar de ello, pasado el minuto 15 de la segunda parte tuvo pocas ocasiones claras de gol.

La monotonía en el dominio del juego la rompió Raba, con un fuerte disparo desde la frontal que atrapó Campos en dos tiempos. Por su parte, los locales Keita y Anaba tuvieron varias ocasiones en los momentos finales del partido, pero fueron solventadas por el cancerbero Cantero.

Al final, tres puntos más, nueve de nueve. La próxima cita, el domingo en el Mini Estadi a las 17.00 horas ante el Llagostera.