El mejor partido de la Liga. Fútbol cinco estrellas para el estreno del precioso Estadio de la Cerámica. Solo Messi impidió un final mucho más feliz con un golazo en el minuto 89 que privaba al Villarreal de una victoria para la que hizo más méritos que un Barça que tuvo que emplearse al 100% para no salir derrotado de Vila-real y casi entonar el adiós a la Liga. El Villarreal dejó su cara buena, muy distante a la de otros partidos grises como el de Anoeta o Leganés. Anoche fue un equipo ambicioso, pujante que siempre persiguió la victoria y dispuso de ocasiones para lograrla, ante el mejor equipo del mundo de los últimos años. Un Villarreal espectacular que tuvo la victoria en su mano… y al que le sobró Messi. Un Villarreal perfecto en su juego defensivo y que en ataque mejoró cualitativamente enganchado a un buen rendimento de Pato y Sansone, junto al espléndido trabajo de su línea de centrocampistas, sin olvidar a Asenjo, realmente espectacular anoche.

De tú a tú, pero con la cautela propia que exige un rival con las estrellas y el talento del Barcelona. El Villarreal se movió como un acordeón bien acompasado que se replegaba con eficacia cuando el conjunto azulgrana tenía el balón y se desplegaba con rapidez y peligro para Ter Stegen cuando recuperaba la posesión.

Con esa puesta en escena, los dos equipos dispusieron de buenas oportunidades para marcar en un clima de igualdad máxima, en el que el mayor dominio del Barça no se traducía en una superioridad que tuviese reflejo sobre el terreno de juego.

NO SE GUARDARON NADA // Luis Enrique armó su mejor equipo para presentarse en el recién bautizado Estadio de la Cerámica. El vigente campeón saltó con un teórico 4-3-3, aunque la posición de Messi lo convirtió en un tuneado 4-3-1-2. Escribá dispuso un 4-4-2 con dos centrocampistas de banda con tendencia al juego interior. La presión de los amarillos empezó muy arriba, lo que dificultaba la salida de la pelota desde la zona de creación.

El Barça se vio en serias dificultades aunque es tanta la fantasía y la creatividad de hombres como Iniesta o Messi que en cualquier momento se siente que puede llegar la acción de peligro. Neymar y Messi dejaron claro que Asenjo es uno de los mejores porteros de la Liga sin duda alguna. El palentino lo demostró con sendas intervenciones de portero top.

En el Villarreal destacaron especialmente en ataque Jaume Costa y Jonathan. El lateral zurdo se comió por completo el carril izquierdo y llegó hasta la línea de fondo con la suficiente templanza para dejarle una asistencia de gol al mexicano que este no supo aprovechar, en una de esas ocasiones que se lloran cuando se ven repetidas porque al Barcelona no se le puede conceder el perdón con esa generosidad.

El partido estaba abierto y exento de los corsés tácticos y el miedo que la gran mayoría de equipos profesan al Barcelona. El Villarreal le jugó al campeón mirándole a los ojos fijamente, pero siempre con la guardia preparada y sobre todo con una concentración extrema porque cuando se trata del Barça son muchos los flecos que se deben atar.

No hay que dejar que el balón salga limpio de atrás, no se debe dejar pensar a Iniesta y luego hay que intentar minimizar las genialidades de Neymar y Messi, sin olvidar a un depredador del área como Luis Suárez. El Submarino consiguió ganar todos los pulsos, incluso con el 10 argentino, con un sistema de coberturas que funcionó a la perfección.

LA MEJOR VERSIÓN // El Villarreal volvía a ser el Villarreal estelar del partido contra el Atlético, muy lejos del equipo frío y desangelado que tiró 80 minutos en Anoeta. Anoche el Estadio de la Cerámica disfrutó con la mejor versión de su equipo. El Barça, que se jugaba permanecer enganchado a la estela del Real Madrid, sufrió y sufrió ante un contrincante que corrió más que él, pero también ofreció un fútbol tan exquisito como ordenado.

El equipo de Escribá mantuvo ese acordeón repliegue-despliegue en las manos de un cuarteto defensivo en el que la presencia del Mariscal Víctor Ruiz se notó muchísimo, con un centro del campo que siempre fue amarillo, porque anoche Trigueros ejerció de Iniesta, Bruno de Busquets y Jonathan dos Santos se marcó un partidazo espectacular. Tanto como el 1-0 del Villarreal que solo tardó cuatro minutos en llegar, con un pase de genio de Pato y una definición a lo Messi de Sansone. Golazo que daba luz al brillante partido de los amarillos.

A partir de ese momento, el partido entró en modo espectáculo total. El Villarreal, lejos de echarse a defender el gol, se lanzó a tumba abierta por el segundo con la idea de que darle al Barça su misma medicina era la mejor forma de hacerle doblar la rodilla. De área a área a velocidad de vértigo sin descanso y sin pausas, y con pinceladas de gran calidad. No se notaban diferencias entre el mejor equipo del mundo de la última década y este Villarreal plagada de buenos futbolistas como Trigueros, Jonathan, Víctor Ruiz, Bruno, Pato, Sansone, Soriano… El encuentro se sumó a la fiesta de la inauguración del nuevo nombre del campo con un fútbol de alta escuela, que mantenía a la grada con la boca abierta ante el espectáculo que estaba paladeando en un restaurante de tres estrellas Michelín como era anoche el flamante Estadio de la Cerámica.

Solo el árbitro no estuvo a la altura con errores de bulto. Iglesias Villanueva no vio dos clarísimos penaltis, uno en cada área. El primero, por manos de Bruno y el segundo de Mascherano. Reparto equitativo en los fallos. Y la fiesta continuaba… El fútbol también tiene su parte de arte reservada a los porteros. Y anoche Asenjo se vistió de mago. Lo suyo formó parte también del espectáculo. La parada que le hizo a Luis Suárez fue de escándalo.

El Barça echó mano de su gran Messias. El 10 estrelló un balón en el poste, pero luego salió al rescate de la Liga con un tanto de museo del fútbol. En esta ocasión Asenjo no pudo hacer nada porque el obús del argentino era imparable incluso para él, el mejor ayer del partido. Messi puso la última pincelada a un partidazo increíble. El Villareal exigió la mejor versión del Barcelona que tuvo que echar mano de su gran estrella, del mejor jugador del mundo, para plantarle cara a un Submarino cuasi perfecto. El Estadio de la Cerámica no podía tener un mejor estreno.