Europa está cada vez más cerca. Tanto, que casi parece que el Villarreal puede tocarla con los dedos. El Submarino camina con paso firme hacia su gran objetivo y ayer dio un golpe sobre la mesa al ganar con autoridad al Valencia en el derbi de la Comunitat Valenciana. El cuadro que dirige Javi Calleja, imparable tras el parón por el coronavirus, se ha asentado en los puestos de la Liga Europa... pero no pierde de vista los de Champions.

Ni en los mejores sueños los aficionados groguets habrían imaginado que un choque contra el Valencia se habría desarrollado con tanta facilidad como el de ayer en el Estadio de la Cerámica, con una gran primera parte en la que el Submarino fue el claro dominador y en la que los goles de Alcácer y Gerard Moreno dieron una cómoda renta para afrontar los segundos 45 minutos.

El delantero catalán fue, sin lugar a dudas, el motor del equipo, jugando muy cómodo y buscando generar ocasiones de peligro cada vez que el balón caía en sus pies. Dio la asistencia en el primer gol y se encargó de marcar el segundo, que más que un tanto fue un golazo y dejó muy tocado al rival al filo del descanso.

ALTA INTENSIDAD / Había empezado el equipo de Calleja su particular recital nada más arrancar el choque con una internada de Chukwueze, que con su habitual picardía elaboró un lanzamiento que se fue fuera por poco. Le quiso acompañar Alcácer instantes después con un cabezazo que se marchó alto, aprovechando la desidia del Valencia y la inestabilidad de un equipo acuciado por las dudas y los problemas.

Con este panorama no es de extrañar que el primer gol no tardara en llegar y fue precisamente el exdelantero del Valencia el que estrenaba el electrónico ante el equipo en el que forjó su carrera deportiva. No hubo celebración, pero el tanto que marcó el futbolista de Torrent tras centro de Gerard fue brillante.

Tras el gol, el Villarreal siguió a la suya, buscando el segundo y teniendo a su merced en todo momento al Valencia, que trataba de llegar al área amarilla a través de sus hombres de banda, pero sin demasiado peligro.

Anguissa, muy activo en todo momento, quiso aportar su granito de arena en el derbi regional con un potente remate de cabeza que no se contabilizó de milagro e, instantes después, con un fuerte chut que Cillessen sacó desde la misma línea de gol.

Ya al filo del descanso volvió a aparecer en el verde la magia de Cazorla. El centrocampista asturiano se sacó de la chistera un pase sensacional para que Gerard Moreno estableciera el 2-0, sumara su gol número 13 de la presente temporada, y dejara muy encarrilado el choque.

CAMBIO DE ROLES / El paso por vestuarios sentó algo mejor al Valencia y su actitud cambió considerablemente respecto al primer tiempo. Salió dispuesto a arriesgar más el equipo de Celades para intentar lograr la igualada y no tardó en disponer de las primeras ocasiones. Avisó Florenzi con un fuerte disparo que despejó Asenjo y luego lo intentó el recién salido Guedes, pero vio cómo Albiol salvaba el 2-1.

Las fuerzas se habían igualado, y el cansancio y el calor empezaban a hacer mella. El Villarreal cedió por momentos el control del esférico y Calleja buscó la reacción de los suyos en la figura de Bruno, quien volvía a enfrentarse a los valencianistas más de tres años después. El capitán dio otro criterio al Submarino, aportó tranquilidad a sus compañeros e, incluso, se sumó al ataque.

Todo volvía a ser como al principio y se notaba la mano del futbolista de Artana. Recuperando poco a poco el control del partido, el Villarreal se refrescó con los cambios y dio los últimos coletazos a través de las botas de Bacca, quien en los compases finales protagonizó una jugada personal que puso ser el 3-0.