La arenga de Javier Calleja en la previa de la última visita del Villarreal al Sánchez Pizjuán dio los frutos deseados. El técnico sostenía que su equipo repetirá de nuevo en los puestos altos de la tabla si es capaz de dejar atrás las dudas que generó el estreno de la presente Liga ante la Real Sociedad, y el Submarino fue capaz de revertir los puntuales pero graves errores que dejaron a los amarillos sin puntuar en la primera jornada de la competición. La ausencia de fallos de concentración y un par de ligeras variaciones, una desde el inicio, con el regreso de Víctor Ruiz a la titularidad en detrimento de Funes Mori, y otra en el transcurso del choque ante el Sevilla, apuntalando la banda izquierda con la salida de Jaume Costa, fueron suficientes para mantener por primera vez esta temporada la portería a cero, una de las bases que el técnico groguet quiere fortalecer en el presente ejercicio y que, a domicilio, no se conseguía desde el pasado mes de marzo (0-2 en el campo del Las Palmas).

LA DESEADA SOLIDEZ / El crecimiento de este nuevo Villarreal desde la seguridad defensiva será una de las claves de la segunda campaña de Calleja al frente del primer equipo. El técnico es consciente de que el arsenal ofensivo que ha logrado reunir esta temporada permitirá al Submarino mejorar en sus efectividad ante la portería contraria, goles que doblarán rendimiento si el equipo se convierte en uno de los más sólidos de la Liga atrás.

Precisamente, la disminución del rendimiento defensivo es uno de los caballos de batalla de la etapa de Javier Calleja. De un año a otro, el Villarreal ha visto reducida su seguridad, si no de forma alarmante, sí con una diferencia bastante notable. El 2017 del conjunto amarillo —con el propio Calleja al mando solo en los tres últimos meses— se saldó con una media de goles encajados ligeramente superior al tanto por encuentro (1,1). Buena parte de culpa en esa cifra la tuvieron los 20 encuentros en los que el Submarino fue capaz de mantener imbatida su portería en las tres competiciones oficiales que disputó, casi un 40% de los partidos jugados en la Liga, la Copa del Rey y la Europa League.

MÁS GOLES EN CONTRA / Sin embargo, en lo que llevamos del 2018, ya con el entrenador madrileño siempre al mando del banquillo groguet, la media de tantos encajada por el Villarreal ha subido a los 1,4 goles por partido. En los últimos ocho meses, Sergio Asenjo, Mariano Barbosa y Andrés Fernández —en orden de mayor a menor número de encuentros oficiales disputados por los tres guardametas de la plantilla— solo han podido dejar su portería a cero en cinco ocasiones, esto es, poco más del 18% de los encuentros jugados desde que arrancó el año: las visitas al Santiago Bernabéu y al estadio de la UD Las Palmas, los partidos en La Cerámica ante Getafe y Valencia —estos cuatro en la pasada Liga— y el último compromiso de los amarillos en el Sánchez Pizjuán, el pasado domingo.

A partir de ese último choque ante un directísimo rival para repetir en las plazas europeas de la Liga y la recuperación de la autoconfianza en la contención, el Submarino quiere continuar mejorando en su balance defensivo como una de las claves del equipo en este ejercicio 2018/2019. La pólvora de los Gerard Moreno, Toko Ekambi y Carlos Bacca delante deberían hacer el resto para que el Submarino volviera a repetir como uno de los candidatos a pelear, incluso, por la cuarta plaza esta temporada.