El Villarreal cierra su séptima temporada en la categoría de plata del fútbol femenino en sexta posición con 40 puntos, con Patricia Traver al frente del banquillo, el conjunto groguet tuvo opciones de luchar por el ascenso en gran parte del campeonato.

Una temporada más, la plantilla vila-realense tenía en la juventud una de sus principales características, además, el plantel apenas ha gozado de movimientos, siendo las pocas novedades de su plantilla, parte de la promoción interna desde el segundo equipo femenino del Villarreal.

En la zona alta // Con ello, el equipo ha estado durante gran parte del campeonato en la zona alta de la tabla. En las primeras once jornadas únicamente cayó derrotado en una ocasión, ante el Real Murcia en casa. El mejor momento de la campaña llegó en el ecuador de la competición, cuando las amarillas ganaron cuatro partidos de cinco, ante Sporting Plaza Argel, Lorca, Ciudad de Benidorm y Joventut Almassora.

El mes de enero las victorias ante Elche, Murcia y Mislata, también hicieron aumentar la ilusión de poder hacer algo grande, sin embargo, en la recta final de la liga las de la Plana Baixa únicamente consiguieron un triunfo, en la última jornada ante el Joventut de Almassora.

Con todo, el Villarreal ha conseguido el objetivo preestablecido de superar la octava clasificación de la pasada temporada. Las jugadoras amarillas siguen consolidándose como un equipo a tener en cuenta en Segunda División. Ese es precisamente el camino, poco a poco ir formando un equipo, cien por cien de la casa, con el que, en un corto plazo de tiempo, lograr el ansiado ascenso a Primera División.

Con estilo propio // Si hay un rasgo que describe al equipo de Patricia Traver es el del buen juego. Las victorias y los éxitos en el Villarreal deben llegar siempre desde un fútbol elaborado, el sello de la escuela amarilla. Ello unido a la constancia y al esfuerzo realizado temporada tras temporada, junto al talento fabricado desde la cantera, debe desembocar más pronto que tarde en un soñado ascenso Primera.