El Villarreal volvió a ser un equipo poco fiable. No se sabe si saldrá cara o cruz. Posee un potencial técnico enorme y tres delanteros de primer nivel. Pero su organismo está muy bajo de defensas. Calleja necesita con urgencia encontrar un mediocentro defensivo que le dé equilibrio y pueda lucir las grandes virtudes que posee este equipo. Es la asignatura pendiente del técnico, junto con la corrección de los desajustes defensivos que siguen condenando al Submarino en su estadio, como ya aconteciera en los dos partidos oficiales anteriores ante Real Sociedad y Girona. Ayer estuvo a punto de llegar la tercera derrota, ante un oponente inferior como el Rangers escocés, tirando por tierra los dos goles de Bacca y Gerard Moreno. En ocasiones parece que se juega a la ruleta rusa. La solución de urgencia de Funes Mori no dio malos resultados, aunque es evidente que el argentino es central y no un centrocampista, pero por lo menos mientras estuvo en el campo el equipo amarillo tuvo algo más de consistencia, que se perdió cuando Trigueros tuvo que asumir esa responsabilidad. Además, el talaverano no está ahora en su mejor momento, un tanto bajo después de la intervención quirúrgica. El empate ante el Rangers alimenta las dudas. Hay que recuperar la fiabilidad como conjunto lo más rápido posible. El domingo, otra prueba de fuego: el Valencia.

MUCHOS CAMBIOS / El estreno de la Europa League 2018/2019 trajo consigo también una nueva fisonomía en el Villarreal. La palabra que podría definir mejor el cambio es equilibrio. Una faz muy distinta a la de Leganés. Calleja, que aprende rápidamente de sus errores y los rectifica, modeló el centro del campo con la reubicación de Funes Mori a la posición de mediocentro, demarcación que cuenta con tres bajas sensibles como Cáseres, Fuego y Bruno. El argentino ofreció buenas prestaciones, cumplió efizcamente su trabajo y le dio más eficacia defensiva.

El entrenador amarillo ordenó bastantes cambios. El Villarreal posee efectivos suficientes y de calidad para dosificar esfuerzos ante la acumulación de partidos que se deben afrontar durante los próximos días. Las variaciones comenzaron en la portería con la presencia de Andrés, continuaron con Bonera y los dos laterales salidos de la cantera —Miguelón y Pedraza—, con la titularidad de Sansone como hombre de banda en la medular, y las novedades ya apuntadas de Funes, y la presencia de Fornals y Cazorla. En ataque, cualquier combinación entre Bacca, Gerard y Ekambi da premio y ayer, de partida, le tocó al colombiano y al camerunés. En total, nueve cambios respecto al equipo de Leganés.

El Villarreal se ha reforzado bien esta temporada, pero sobre todo ha subido el nivel en ataque. Bacca lo puso de manifiesto a los 43 segundos. El ex del Milan se inventó un golazo con un disparo con el exterior que salió envenenado de sus botas con un efecto parabólico que sorprendió al guardameta del Rangers. Era un comienzo soñado para cualquier equipo, pero sobre todo para el Villarreal porque transmitía tranquilidad y confianza.

LA RELAJACIÓN / Con el 1-0 el partido se le puso cómodo al Submarino. Quizás demasiado, porque se pasó por una fase de cierto acomodamiento, peligrosa por débil que pueda parecer el rival. Incluso, el Rangers tuvo fases de dominio, aunque sin mostrar peligro ante un Villarreal bien asentado atrás, que ni sufría ni hacía sufrir. El gol de Bacca dio tanta tranquilidad que acabó matando al equipo amarillo, que perdió gas e intensidad con el paso de los minutos.

Ligera mejoría en la reanudación. Se vio otro Villarreal más dinámico e intenso. Se apretó mínimamente el acelerador y el Rangers sufrió. Carlos Bacca perdonó el segundo gol amarillo a puerta vacía y McGregor desvió un tiro envenenado de Funes Mori.

Calleja decidió mover el banquillo y dar descanso al que había sido su bastión defensivo en la parcela ancha y el hombre que le había dado ese punto de sostén en la medular. Y a partir de ese momento, sin un Funes Mori acalambrado, el Villarreal se fue rompiendo poco a poco como equipo.

Y los escoceses dieron un duro golpe en una contra materializada por Arfield, en su primera aproximación con peligro. Un serio aviso aunque todavía faltaban 25 minutos y todo parecía tener solución. Y llegó de la mano de la incuestionable pólvora que posee este Villarreal. Gerard recibió una asistencia del Mago Cazorla y el resto lo hizo él: regate, amago y tiro ajustado al palo corte. Golazo de delantero top, lo que es Gerard. El 2-1 rescataba una situación delicada. Pero con los cambios el equipo de Calleja perdió porte y equilibrio. El partido ya no tenía control y eso era lo que peor le podía pasar al Villarreal.

Los escoceses rompieron al contragolpe al Villarreal, Coulbaly superó a Miguelón en el carril derecho y el centro al punto de penalti fue cazado por Lafferty, quien volvió a fusilar a Andrés, quien no pudo hacer nada para impedir el empate a dos. Solo quedaba un cuarto de hora. Mucho tiempo para todo. Y ese todo caminó en la frontera de un triunfo del Rangers, que tuvo el 2-3 en el descuento, y también el 3-2 después de un remate de cabeza de Bacca en el segundo palo tras un centro milimétrico de Miguelón en la última acción del partido.

FALTAN AJUSTES / El Villarreal continúa transmitiendo sensaciones extrañas. Posee calidad y talento a toneladas. Una plantilla amplia y con recursos. Futbolistas contrastados y de gran nivel. Pero su juego colectivo defensivo deja dudas y transmite poca fiabilidad. Sí, como si tirara una moneda al aire y nunca se supiera si sale cara o cruz. Calleja debe encontrar la fórmula para competir y que no se le escapen por el desagüe la ventaja que supone contar con futbolistas como Gerard Moreno, Bacca, Fornals, Cazorla… Hay que sacrificar algo para que el colectivo funcione. Un inicio en Europa titubeante ante un Rangers inferior a los amarillos.