El Molinón será esta tarde el escenario en el que el Villarreal eche el cierre a la temporada 2015/2016. A las 19.30 horas, enmarcado en la franja horaria de los partidos en los que están implicados equipos para luchar por la permanencia, el Submarino se mide a un Sporting herido de muerte, puesto que debe ganar a los amarillos y esperar a que el Getafe no lo haga en el Benito Villamarín ante el Betis.

Un duelo en el que los groguets serían un mero convidado de piedra... de no ser por el conocido amor a los colores rojiblancos de Marcelino. El técnico amarillo ha estado 15 años en el club gijonés, desde canterano a entrenador, pasando por futbolista del primer equipo. Y, evidentemente, no ha ocultado sus preferencias, puesto que no se puede ir contra los sentimientos de uno.

Pero la afirmación, el pasado domingo después de jugar contra el Deportivo, de su preferencia por que se salve el Sporting, más la reafirmación (anteayer) en otra rueda de prensa, no han sentado nada bien a los rivales de los gijoneses: Getafe y Rayo Vallecano.

APELAR A LA PROFESIONALIDAD // Con todo, el entrenador del Submarino se ha encargado de recalcar, a lo largo de la semana, que “nadie debe dudar de la profesionalidad de mis jugadores, ni de la mía”. “Vamos a ir a competir, haciendo las rotaciones previstas. Y quien no lo entienda, que tire de hemeroteca”, ha reiterado. Por fortuna, para evitar más suspicacias, el Villarreal B se juega el primer puesto hoy en casa del Espanyol B, por lo que solamente dispone de futbolistas del primer equipo, a excepción de las bajas de Jaume Costa, Musacchio y Pina (el portero descartado es Areola).

El once que alinee en El Molinón, donde como entrenador de Primera nunca ha ganado en sus dos visitas con Zaragoza y Racing, estará repleto de no habituales. Un equipo similar al que venció en Mestalla (0-2), hace 15 días.

La portería aguarda a Barbosa; en la zaga, Mario y Rukavina se perfilan como laterales, con Bonera y Víctor Ruiz en el eje. Los dos mediocentros podrían ser Trigueros y Bruno, aunque Jonathan oposita al puesto de éste. Por bandas, podría ser el último partido de Denis Suárez, aunque Marcelino podría apostar por los dos Samus. Y en punta de ataque, más adioses, los de Adrián y Baptistao, que se antojan titulares por delante de Soldado y Bakambu.

Pase lo que pase, la temporada del Villarreal habrá sido de matrícula de honor, con la cuarta posición y la Champions en el bolsillo... y lo cerca que estuvo de la final de la Europa League. H