Poca pólvora en Leganés. El Villarreal no mereció perder, pero tampoco ganar. Un partido de ceros que concluyó con una mínima victoria pepinera que, aunque parezca exigua, es una buena renta para la vuelta en La Cerámica. Y más cuando para los amarillos la Copa no es su primer objetivo esta temporada, ni mucho menos. En Butarque, el Submarino dio la cara pero echó mucho de menos a sus hombres clave, sobre todo en el armazón del juego ofensivo. Queda la vuelta y hay margen, pero todo dependerá de si se apuesta o no por la Copa, que sigue sin ser una competición valorada al máximo por el Villarreal, que prefiere centrarse en la Liga y en Europa.

Muchos cambios en el once copero. La alineación inicial podría indicar que la Copa pasaba a un segundo lugar en la escala de valores del Submarino. Solo cuatro futbolistas de los considerados titulares, según los onces de la Liga de Calleja, formaban parte del equipo de partida en Butarque: Mario, Álvaro, Trigueros y Castillejo. Pau, en el eje central de la zaga, Ramiro como recambio de Rodri y Raba formando pareja de baile en ataque con el redebutante Ünal, eran los tres jugadores del filial presentes en Leganés que salían como titulares.

Pero las apariencias engañan. El Villarreal no ofreció sensaciones en ningún momento de tirar por la borda la Copa. Mantuvo el partido controlado, pasó por pocos apuros y hasta dispuso de sus opciones en la primera parte para sorprender a Champagne, meta pepinero. El Leganés apenas puso en aprietos a Barbosa, en una zaga en la que el canterano Pau parecía un veterano. Trigueros tomó el mando del Villarreal, con Samu Castillejo como principal lugarteniente y la colaboración de un Cheryshev que sigue buscando su hueco en el romboidal centro del campo del Submarino, ayer mucho más abierto que otros días. Solo faltó la conexión con el delantero turco, muy bullicioso y dejando detalles, pero todavía lejos de las prestaciones de Bacca o Bakambu. Faltó la lectura en la búsqueda de los espacios y ese toque de precisión final que le faltó a Cheryshev en una buena acción individual que se desbarató en los metros finales, igual que al turco en otra buena jugada individual a la contra del conjunto amarillo. El Villarreal, en un partido tremendamente igualado, estuvo más cerca de romper el 0-0 en la primera parte que su rival.

A REMOLQUE / La segunda parte comenzó con el pie cambiado para el Villarreal. El Leganés extrajo el máximo beneficio de su primer tiro entre los tres palos del partido. Amrabat sacó partido de su mayor experiencia en un pulso individual con el joven Pau, demasiado blando en el forcejeo con el delantero del Lega, y buscó hueco en el área para tirar con toda la ventaja y superar a Barbosa, quien estuvo a punto de evitar el gol tocando el balón con su mano. Tras el 1-0, el Villarreal asumió totalmente el mando del juego, pero también, igual que en la jugada del tanto pepinero, echaba de menos la falta de galones en ataque.

La réplica llegó por parte de Cheryshev, que llegó hasta la línea de fondo con la fuerza que le distinguía en sus mejores momentos de amarillo, pero su centro al área no fue rematado con puntería por el turco Ünal.

Calleja echó mano de tres de sus pilares para intentar remontar una eliminatoria que se ponía cuesta arriba, porque un 1-0 en la Copa es un resultado muy peligroso. Bacca, Fornals y Rodri fueron entrando en el transcurso del segundo tiempo. Sí, el Villarreal aceleró y ganó poso y peso en el terreno de juego. El partido era un monólogo, pero para entonces el Leganés ya se había atrincherado en su campo para defender su valiosa renta.

Casi toda la segunda parte transcurrió en tierra pepinera, pero entre la acumulación de hombres del Leganés y la escasez de ideas de los amarillos, todos los intentos morían en el área. Y los minutos pasaban con los locales perdiendo tiempo y luchando porque no hubiera ni juego ni partido. El gol de Nordin Amrabat era un tesoro preciado y codiciado con el que viajarán a Vila-real con todas sus esperanzas vivas. El pase a cuartos se pone cuesta arriba para el Villarreal. Queda la vuelta y mientras hay vida… hay Copa.