La estructura de la secretaría técnica del Villarreal atraviesa por una etapa de transición. La marcha, al final de la pasada temporada, del que hasta entonces era el cerebro del scouting amarillo, Antonio Cordón, ha obligado a una remodelación sustancial de un organigrama dirigido ahora por Pablo Ortells y coordinado, en el primer escalafón —el que compete al primer equipo— por Fernando Seguí, los dos bajo el mando directo de Fernando Roig Negueroles, el encargado como consejero delegado de tomar siempre la última decisión.

Sin embargo, el Submarino no ha evidenciado en el último mercado al que ha acudido —pasó de largo por el de enero— unos cambios tan profundos en su estructura. La entidad amarilla sigue fichando bien y a precios moderados, aunque dos de sus principales contrataciones se encuentran entre las 14 más destacadas —por encima de los 10 kilos— del fútbol español en la actual temporada. Son Roberto Soriano (14 millones se pagaron a la Sampdoria) y Nicola Sansone (13 al Sassuolo), dos de los desembolsos más altos realizados por el club en su historia, junto al efectuado por el brasileño Nilmar en julio del 2009, pero que están dando la razón a la fuerte apuesta.

El Villarreal ha rentabilizado al máximo sus dos fichajes estrella, hasta el punto que Soriano y Sansone son los que poseen una mejor relación precio por minuto disputado de entre el grupo de mayores inversiones en LaLiga 2016/2017. Cada minuto de los dos italo-alemanes le cuesta a la entidad amarilla unos 8.000 euros, una ganga si se compara el coste que tienen para sus equipos los otros 12 fichajes multimillonarios del presente ejercicio.

Alcácer, la antítesis

El Barça es la antítesis del Villarreal. Dos de sus fichajes copan el podio de negocios más ruinosos de la temporada. Uno, el de Jesper Cillessen, era esperado. A la sombra de Ter Stegen, el guardameta holandés que llegó al club azulgrana procedente del Ajax tasa en 144.000 euros cada uno de los 90 minutos que ha jugado en Liga. La operación de Paco Alcácer es menos comprensible. Los 30 millones de euros que costó su trasvase desde Mestalla al Camp Nou se han traducido en poco más de 400 minutos, a 68.500 euros cada uno de ellos.

Como el Villarreal, el Sevilla es otro de los clubs españoles que suele acertar más que fallar en los mercados. La dirección deportiva del cotizado Monchi ha vuelto a dar en el clavo con Franco Vázquez, que secunda a la pareja de internacionales italianos del Submarino en relación rendimiento-precio. Sus 9.000 euros por minuto confirman el acierto de la entidad sevillista que, por el contrario, ha cometido esta temporada uno de sus gazapos más sonados. Ganso se coloca en los primeros puestos de la escala de malos negocios: más de 37.000 euros cuesta cada minuto del brasileño.

El ‘patinazo’

No todo han sido aciertos en la nómina de novedades del Villarreal para esta temporada. El más grave fue la petición expresa de Marcelino de poder contar con N’Diaye como central, a la que el club accedió. El franco-senegalés, perjudicado por el despido del técnico asturiano, abandonó el 31 de enero el club para jugar préstamo en el Hull City después de dejar 110 minutos en la Liga, cada uno con un coste de 63.000 euros. Un caso diferente es el de Cheryshev (21.000 euros por minuto disoputado), penalizado por las lesiones y no por decisiones tácticas. Álvaro cotiza sus minutos ligueros en 3.700 euros (cuatro kilos se pagaron al Espanyol), mientras que Pato jugó los minutos más baratos de todos los fichajes de pago del club amarillo (1.927 cada uno de sus 880), a los que unió una espectacular plusvalía tras su venta al Tianjin Quanjian chino. Otro negocio redondo del Villarreal.